¿A poco es por las Medicinas?

¿A poco es por las medicinas?
Jesús Ramiro Quintero Vázquez.


La historia del hombre se ha visto, en innumerables ocasiones, marcada por sucesos que los dignos teóricos del submundo del misterio han denominado bajo la “Teoría de la conspiración” y, sobre esta, se han hecho innumerables libros, elucubrado revistas, ensalzado programas y demás cosas donde se trata este tópico ¿o alguien puede negar no haber escuchado mencionar a los masones, illuminatti (estos últimos resaltados gracias a la imaginativa de Dan Brown) y yunques en sus conspiraciones para el Nuevo orden Mundial? ¿A poco nadie ha escuchado de los mitos que corren a través de las grandes revoluciones mundiales y sus “supuestas” conspiraciones detrás de ellas? En fin, serían innecesarias las letras para expresar esto y demás “supercherías” sobre el tema.

Durante las últimas semanas, en los noticieros de televisión abierta de éste país se hizo notar, de manera un tanto discreta como dura en sus ataques, pequeños reportajes donde se evidencia cuan caros son los productos farmacéuticos e el país; la culpa, recalcaban todas las emisiones, debido a la intermediaria Casa Saba y a su dueño: Isaac Saba. Lo sorprendente no era esto (pues desde que tengo uso critico de razón, ya había notado lo caro de un mejoralito) sino que ambas cadenas televisivas – Televisa y TV Azteca, supuestas rivales de emisiones- coincidían en señalar a un solo culpable.

Los reportajes, que los pasaban en los noticieros matutinos, vespertinos y nocturnos, recalcaban la culpabilidad de Casa Saba en el aumento a los medicamentos; ora salía doña Chonita diciendo que por “culpa de Isaac Saba” no podría comprar su tratamiento para X enfermedad, ora se entrevistaba a una joven quien afirmaba que “los de casa Saba son unos corruptos”. Y no pudo faltar la opinión patriótica de algunos diputados que clamarían por la justicia social desde la alta tribuna de la nación, claro está, por el bien de sus representados. En teoría todo esto suena muy bonito; por fin los medios de comunicación utilizando sus emisiones para ayudar al pueblo, combatiendo a el otrora capitalismo ambicionista de riquezas…pero ¡uy! Tal parece que….

Tal parece que los Leones no eran como se estaban pintando. ¿Por qué diablos ahora todos sabemos que es Casa Saba, si ni siquiera en tiempo de crisis nos acordábamos de ellos? ¿Por qué diabolizar a un hombre como Isaac Saba (aparte de ser un consumado empresario chupa fuerza de trabajo del oprimido, pero todavía esto es bien visto en alta sociedad) ahora, y no desde antes? Pues bien, éste señor, aparte de ser, lo que se considera exitoso-chin- empresario en la industria de los medicamentos y su distribución, aparte de que por su supuesta culpa las medicinas estén por las nubes, en los años 90´s participó como accionista de la entonces naciente cadena televisiva TV Azteca (esa, la de la señal con valor y que, ha portado estos últimos años la bandera anti-Televisa) cuya programación-a mi particular punto de vista- sólo es sano rescatar a los Simpson, y que, por azahares del destino, tuvo fricciones con Grupo Salinas hace algunos ayeres.

Haciendo un preámbulo: también en las últimas semanas, de la misma forma, se han presentado reportajes sobre las operaciones del grupo empresarial y tecnológico General Electric Company. Es GE, debido a un supuesto tráfico de influencias y defraudación de una de sus sucursales operativas (la de Chicago, Illinois) hace años, el centro de ataques debido a que “la compañía no es honesta” (a comparación de Televisa y TV Azteca, que son un pan de dulce). Hago la aclaración aquí que no defiendo a las compañías involucradas en este embrollo- es cierto, pues son patéticos ejemplos de capitalismo y de la manipulación hacia el ciudadano común y corriente, por ende, les odio- pero todo tiene su razón de ser, nada sucede de la casualidad.

Hace unos meses, hasta la Secretaría de Comunicaciones y Transportes llegó atenta petición de apertura para la concesión de señal televisiva de un canal en espacio abierto. Uno pensaría que fue o Televisa (que tiene 4 canales y por lo menos una repetidora y/o afiliada regional) o TV Azteca (con dos canales de televisión) para así fortalecer el duopolio que sostienen desde hace tantos años en el espectro nacional. La sorpresa no es mayúscula al descubrir a capital ajeno a estos privilegiados (y que con todo y Ley Televisa en mano, se sienten dueños del albedrío nacional). Exactamente, grupo GE, dueños de la NBC gringa, que quieren que se abra una licitación pública y concursar, para así generar una tercera señal de televisión abierta de corte comercial (muchos habrán pensado desde líneas anteriores, que los sistemas gubernamentales de Radio y TV son competencia, pero no; no pueden competir con los monstruos –Jesús- ya mencionados, a excepción de canal 7 de Jalisco que, se puede comparar en encuestas nacionales a las señales de canal 11 del IPN y canal 22). Claro está que, como su capital de Inversión es extranjero, necesitan acoplarse a lo que marca nuestra Ley de Inversión Extranjera y a la modalidad de inversión neutra. Para esto se necesita a un inversionista de éste país- es decir, mexicano- con la experiencia quizás suficiente en los medios de comunicación, tal vez si ya fue un ACCIONISTA de alguna televisora. Así es, Isaac Saba , ese pedazo de diablo encarnado en viejito que va a impedir que el pequeño Timmy se cure para Navidad por lo caro que dan las medicinas en las farmacias( pobre Farmacias Guadalajara, Benavides, ABC, del Ahorro, etc, ya que por culpa de Casa Saba, ellos se ven obligados a SUBIR A SU ANTOJO las medicinas; pobres farmacéuticas Roche, Bayer, Shering- Ploug, etc, que, por fabricar la MISMA medicina con la sustancia activa, se ven obligadas, por culpa del Demonio Saba a poner precios altísimos a las medicinas, solo por que se llama diferente de un laboratorio productor a otro y porque la presentación es otra. Pobres) es el inversionista mexicano de GE para pedir la concesión de señal televisiva: ¿Verdad que ahora si todo se entiende?

El duopolio televisivo; ese que contamina las mentes ingenuas de la nación mexicana y que cree que todos somos estúpidos y conformistas- tal ves lo somos, pero no tienen el porque inferirlo en su programación de espectáculos- esos que ayudaron mediáticamente al Presidente en turno a llegar al poder, ya sea denostando en sobremanera a los enemigos de éste y/o poniendo a su camarilla de estrellitas, novelas, programas de chismes a favor de Acción Nacional y de su entonces candidato (como ejemplos, ventaneando, La fea mas bella, los noticieros, etc) y aún se dignan por marcar como spot la unidad; este duopolio se ha unido para intentar conservar este status y no permitir a un tercero intervenir en el negocio de dos(que deja muy buenos dividendos). Tanto Televisa como TV Azteca han derrochado su despótico poder mediático en pro de la destrucción de la imagen de sus posibles competidores televisivos ¿Es acaso esto honesto? ¿Esos son los valores de las pulseritas de Televisa? ¿Su slogan “tienes el valor, o te vale” es legitimo ante su actuar? ¿Eso no lo llaman hipocresía? ¿La “señal con valor”de TV Azteca es una señal de muchos pesos? ¿O su valor es chingativo ante la “sana competencia”? ¿Pues que no quieren apertura a la IP tanto Sergio sarmiento como López Dóriga, para que no haya monopolios? Es decir: ¿Somos o no somos?

Y como dirían los padrecitos que salen en las emisiones de tele y que habla de moral y Dios: “Jesús dijo: la verdad os hará libres”

Capacidad y Personalidad en el Proceso Laboral

CAPACIDAD Y PERSONALIDAD EN EL PROCESO LABORAL
JESÚS RAMIRO QUINTERO VÁZQUEZ
15 DE NOVIEMBRE DE 2006.




Desde que Ignacio Burgoa planteó en su obra del juicio de Amparo que existen dos tipos de capacidad, la de goce y la de ejercicio, los estudiosos del derecho tiene presente que esto se aplica, sobre todo, a las reglas presupuestales del derecho civil. La primera corresponde al atributo de ser persona jurídica (poder ser sujeto de derechos y obligaciones); la segunda, es la facultad que tiene el sujeto para desempeñar por si mismo los derechos de que es titular. En un sentido de derecho adjetivo, la capacidad consistirá en la facultad para comparecer en juicio por sí mismo, esto es, por su propio derecho, o en representación de otro. Es por eso que el incapaz para ejercitar por si mismos sus derechos, no puede comparecer a juicio sino por medio de un representante legal.

De igual manera, Burgoa dice que si la capacidad es una aptitud general para comparecer y actuar en juicio; la legitimación (figura jurídica muy diferente a la capacidad y a la personalidad) es una calidad específica para actuar en un juicio determinado, vinculándose a la causa remota de la acción: una calidad especifica que confiere aptitud para ejercitar una determinada acción como sujeto activo de la misma, o para estar en la posición de demandado, como sujeto pasivo.

Entonces, ya se distinguen tres presupuestos en el derecho procesal; capacidad, personalidad y legitimación.

El actor y el demandado estarán legitimados activa o pasivamente, en sus respectivos casos, si so sujetos reales de la relación sustantiva que implica la mencionada causa. Por consiguiente, si el que ejercita una acción no tiene o no demuestra su calidad de sujeto en dicha relación, no estará legitimado activamente; y bajo los mismos supuestos, si el demandado carece de ella, no tendrá legitimación pasiva.[1]

De lo anterior se desprende que la legitimación procesal diverge de la de capacidad, pues independientemente de que el actor o demandado sean capaces o incapaces, pueden estar o no legitimados activa o pasivamente en un juicio determinado.

Por ejemplo, X puede tener capacidad de ejercicio pero no implica que tenga una legitimación activa y/o pasiva, porque ésta dependerá del caso concreto abstracto y personal en el cual X entre en conflicto.

Si X es un trabajador, sin taras y mayor de edad, se presupone su capacidad; pero eso no implica que vaya a demandar o ser demandado. No está legitimado, por el simple hecho de ser capaz, de acudir a N juicio.





Es por eso, que en un conflicto-caso particular (litis), aquellos que deben ser capaces de comparecer a juicio por sí mismo y estar legitimados activa o pasivamente, (titular de la acción o la excepción), son las partes.

En un sentido material, las partes en un proceso son las personas físicas o morales que intervienen en el mismo y sobre las cuales gravitan las consecuencias de todos los aspectos del proceso, desde el inicio hasta la conclusión definitiva.
La personalidad, como lo define Juan B. Climent Beltrán, dice que es la calidad de parte en el juicio. Burgoa señala que la personalidad puede existir originariamente o de modo derivado.

- Personalidad originaria: Comprende al sujeto que por sí mismo desempeña su capacidad de ejercicio al comparecer en juicio, esté o no legitimado activa o pasivamente.

- Personalidad derivada: la persona que la ostenta no actúa por su propio derecho, sino como representante legal o convencional de cualquiera de las partes procesales, independientemente de la legitimación activa o pasiva de éstas. Kelsen la llama personalidad delegada o personería (representación legal).[2]

Entonces, la capacidad consiste en las cualidades personales requeridas para actuar en juicio, ya sea de goce y la de ejercicio. La legitimación, implica, además, de tener capacidad, como cualidad genérica para actuar en juicio, la existencia de una cualidad específica en relación con un determinado juicio, para estar en aptitud de ser sujeto activo o pasivo del mismo. Se puede aducir tres tópicos:

· La legitimación es un requisito para el ejercicio de la acción, que deba examinarse de oficio, antes de darle trámite (aunque también puede plantearse como excepción por la contraparte).
· Son distintas la legitimación en la causa (sustantiva) y la legitimación procesal.(adjetiva)
· La legitimación es un elemento procesal que debe estudiarse de oficio por el juzgador en cualquier fase del juicio.

En cuanto al requisito de la personalidad consiste en la identidad de la parte, si es persona física, y si es una persona moral, es acreditar que se ha constituido conforme a la ley correspondiente; lo que atañe a los requisitos de integración de esa persona moral. Eso es distinto a la representación en juicio, que no es propiamente un problema de personalidad, sino personería, que concierne a los requisitos exigidos para la eficacia procesal de la representación, a fin de que por medio de otra persona se comparezca en juicio: es la calidad de representante o apoderado.

En la Ley federal del Trabajo, en su articulo 689 establece que “Son partes en el proceso del trabajo, las personas físicas o morales que acrediten su interés jurídico en el proceso y ejerciten acciones u opongan excepciones”, es decir, personas físicas o morales que son susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones, en el ámbito laboral.

La capacidad de las personas que intervienen en una relación de trabajo suscita problemas diversos según se considere la condición de los trabajadores o la de los patronos. Son partes por excelencia, el trabajador y el patrón.

Respecto a las personas físicas trabajadores se puede mencionar que, en la celebración de un contrato individual de trabajo están en juego la capacidad de goce como la de ejercicio.

Capacidad Plena.

Entiendo como capacidad plena, aquella que existe en cualquiera de las partes tanto para contratarse en una relación de trabajo, como para ser capaz de hacer valer sus derechos ante un Tribunal. En éste caso, la Ley Federal del trabajo al establecer definiciones concretas de relación de trabajo y contrato de trabajo (artículo 20 de la citada ley) dio la pauta estableciendo el principio de capacidad. Es decir, todo aquél que trabaja, tiene capacidad; todo aquel que necesita de un trabajo personal subordinado, es capaz. Esa es la generalidad, pues las demás, serán excepciones a la regla general.

Capacidad para ser parte.

La fracción III del apartad A del artículo 123 constitucional, prevé que está prohibida la utilización del trabajo de menores de 14 años, lo que implica que los menores de esa edad no pueden ser sujetos de una relación de trabajo.

Aunque la Ley ve así en el plano jurídico a la realidad, es verdad que se puede uno encontrar a menores de 14 años trabajando; en el campo, en la calle, en ciertos negocios. Lo que implica que, a pesar que son incapaces de ejercer ese derecho, de hecho lo tienen. Por lo que a mi muy particular punto de vista, es imposible seguir negando esa realidad









Los artículos 1, 5 y 22 de la Ley, confirman que los mayores de 14 y menores de 16 años que no hubieran terminado su educación obligatoria, tampoco podrán trabajar subordinadamente, salvo que la autoridad laboral competente avale éste hecho (en el caso de que a su juicio exista compatibilidad) entre los estudios y el trabajo.

Entonces, la capacidad plena de ejercicio laboral se alcanza a los 16 años y los trabajadores de esta edad podrán, por si mismos, celebrar contratos individuales de trabajo: en este orden, si nace la relación de trabajo antes de los 16 años, debe hacerlo por conducto de sus padres o tutores; el sindicato, la autoridad laboral o política reacuerdo con el artículo 23, deben suplir su incapacidad.

“Los mayores de dieciséis años pueden prestar libremente sus servicios, con las limitaciones establecidas en esta Ley. Los mayores de catorce y menores de dieciséis necesitan autorización de sus padres o tutores y a falta de ellos, del sindicato a que pertenezcan, de la Junta de Conciliación y Arbitraje, del Inspector del Trabajo o de la Autoridad Política. Los menores trabajadores pueden percibir el pago de sus salarios y ejercitar las acciones que les correspondan.”



Tena Suck, en su libro de procesal laboral, hace un señalamiento de excepción a la regla general de capacidad, sobre todo en el ámbito procesal, cuando hace la mención del artículo 691 de la Ley federal del Trabajo, que dice:

ARTÍCULO 691. Los menores trabajadores tienen capacidad para comparecer a juicio sin necesidad de autorización alguna, pero en el caso de no estar asesorados en juicio, la Junta solicitará la intervención de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo para tal efecto. Tratándose de menores de 16 años, la Procuraduría de la Defensa del Trabajo les designará un representante.

González garcía, al respecto de éste artículo, realiza e siguiente comentario: “El incumplimiento por parte de la Junta de solicitar la intervención de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo en el caso que el menor trabajador no esté debidamente representado, constituye una violación procesal que encuadra en la fracción II de la Ley de Amparo. Se destierra (definitivamente) la falta de capacidad procesal que traía como consecuencia el rechazo de la demanda interpuesta por trabajadores menores de edad”.[3]

Y en éste sentido, comparto el concepto de que, como parte del derecho social, y en el carácter eminentemente proteccionista de la Ley federal del Trabajo, ésta disposición debería ampliarse a todos los trabajadores, sin importar su edad o clasificación, es decir, que cualquier trabajador que comparezca a juicio sin apoderado podría tener el derecho a que se le nombre uno de oficio.

Circunstancias limitativas de la capacidad.
- Los menores Trabajadores. Capacidad limitada.


La prohibición impuesta para la no utilización del trabajo de los menores de catorce años no plantea una cuestión de incapacidad, sino que es una medida de protección ala niñez a efecto de que se alcancen las finalidades con las cuales deseo el legislador al implementar las: y tampoco es la prohibición que se impone a los menores de 16 años que no han terminado la educación obligatoria.

El articulo 23 dice que los mayores de 14 años y menores de 16 “necesitan autorización de sus padres o tutores y a falta de ellos el sindicato a que pertenezcan, de la Junta d e Conciliación y Arbitraje, del Inspector del Trabajo o de la autoridad política”. La norma tiene por objeto contribuir a que los menores de 16 años concluyan su educación obligatoria, y evitar que los empresarios abusen de su inexperiencia.

El mismo artículo declara en su primer párrafo que “los mayores de dieciséis años pueden prestar libremente sus servicios, con las limitaciones establecidas en esta Ley”, disposición que no plantea un problema de incapacidad, pues las limitaciones a que se refiere son medidas diversas que se ocupan de trabajos que podrían dañar gravemente el desarrollo físico de los menores o su moralidad, como los trabajos encinas o en tiendas donde se vendan bebidas alcohólicas.

Al final del articulo dice: “los menores trabajadores pueden percibir el pago de sus salarios y ejercitar las acciones que les correspondan”. La norma resolvió en forma definitiva la condición de la condición de los menores trabajando: el precepto comprende a todos, a los mayores de catorce años y a los de dieciséis, por lo que, si los menores de dieciséis necesitan autorización para prestar su trabajo, pueden, igual que los mayores de esas edad, recibir su salario y ejercitar las acciones de trabajo, sin necesitar padre o tutor. Es por eso, que el artículo 100, el cual dice que

ARTÍCULO 100. El salario se pagará directamente al trabajador. Sólo en los casos en que esté imposibilitado para efectuar personalmente el cobro, el pago se hará a la persona que designe como apoderado mediante carta poder suscrita por dos testigos.
El pago hecho en contravención a lo dispuesto en el párrafo anterior no libera de responsabilidad al patrón.

es de carácter imperativo.

La Ley no señala una forma especial para otorgar al menor de 16 años la autorización para el trabajo, por lo que será suficiente una constancia escrita o una manifestación verbal o aun la autorización tácita que resulte de tener conocimiento de la prestación de trabajo y no oponerse a ella; la cuestión es importante porque creemos que otorgada la autorización, no puede revocarse. Si la autorización no existe, podrá solicitarse que no se reciba al trabajador en la empresa.

De la Cueva, dice en cambio que, el patrono, aun con conocimiento de la minoría de edad, no podrá separar al trabajador, porque ninguna disposición legal lo faculta.[4]
En lo particular, yo menciono que la relación laboral, si se puede tanto suspender como rescindir, como lo señalan los siguientes artículos:


ARTÍCULO 42. Son causas de suspensión temporal de las obligaciones de prestar el servicio y pagar el salario, sin responsabilidad para el trabajador y el patrón:

VII. La falta de los documentos que exijan las leyes y reglamentos, necesarios para la prestación del servicio, cuando sea imputable al trabajador.

La fracción VII hace mención a los documentos necesarios; es evidente que para trabajar en minoría de edad, es necesaria cierta documentación. Por lo que digo que si es posible suspender la relación que ya había empezado. Lo ratifico con el siguiente precepto:

ARTÍCULO 43. La suspensión surtirá efectos:
IV. En el caso de la fracción VII, desde la fecha en que el patrón tenga conocimiento del hecho, hasta por un período de dos meses.

Claro está que solamente es una cesación temporal de la relación laboral, pues es evidente que la dificultad puede ser corregida presentando la documentación requerida.

En cuanto a rescindir la relación laboral, bien que se podría utilizar la fracción I del artículo 47, que dice:

ARTÍCULO 47. Son causas de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón:
I. Engañarlo el trabajador o en su caso, el sindicato que lo hubiese propuesto o recomendado con certificados falsos o referencias en los que se atribuyan al trabajador capacidad, aptitudes o facultades de que carezca.
Esta causa de rescisión dejará de tener efecto después de treinta días de prestar sus servicios el trabajador (…)


Tercerista Adhesivo.

El artículo 690 de la Ley Federal del Trabajo dice:

“Las personas que puedan ser afectadas por la resolución que se pronuncie en un conflicto, podrán intervenir en él, comprobando su interés jurídico en el mismo, o ser llamadas a juicio por la Junta”.

Es decir, los terceros que demuestran su interés jurídico dentro del juicio, adquieren el carácter de partes. El interés jurídico deberá acreditarse en forma irrefutable y no a pie de presunciones. La Junta, a solicitud de cualquiera de las partes, podrá llamar a juicio a un tercero siempre que de las actuaciones se desprenda su interés en él.

El citado artículo, define el caso conocido por la doctrina procesal de la intervención adhesiva llamada litis, que no es sino una forma de tercería coadyuvante; por ello, los requisitos de configuración pueden ser:

Que un tercero pueda o resulte perjudicado por el laudo respectivo.
Que al ser llamado, o intervenga porque así lo pida, en atención a un interés jurídico.
Que el interveniente adhesivo no produzca una variación en la demanda, es decir, debe prevalecer la unidad en el proceso.
Que cualquiera de las partes afectadas con el laudo definitivo, tenga un derecho de regresión en contra del tercero o a la inversa.


Si la Junta de Conciliación y Arbitraje se niega a llamar a juicio a un tercero, constituye una violación procesal que debe impugnarse en Amparo Directo, pues, es hasta en el laudo final cuando se determina el daño causado por la no presencia del tercerista adhesivo.

La Personalidad.

El requisito para ser parte en un proceso o intervenir como tercero, requiere de la personalidad o lo que es igual, ser sujeto en derecho, con capacidad de goce y de ejercicio. Si los directamente afectados no pueden comparecer a juicio, se requiere que alguien lo haga a su nombre, estos, asumen la responsabilidad de parte formal en el proceso, y no les afecta de manera alguna su resultado, aunque realicen todos los actos jurídicos que corresponden al interesado. La representación puede ser de dos clases:

- Legal: La que deriva de la Ley y surge en todos aquellos casos en que la incapacidad jurídica de una persona le impide comparecer a juicio por sí misma, con las excepciones ya establecidas.

- Voluntaria: La confiere el interesado a otra persona a la cual elige; surge normalmente en los términos del mandato, ya sea general o especial (que puede ser para tramitar un juicio determinado).

En éstos términos, en su artículo 692 menciona que “las partes podrán comparecer a juicio en forma directa o por conducto de apoderado legalmente autorizado”.

Si es con apoderado, las cuatro fracciones que siguen al 692 ya citado, establece las reglas para su operación y que versan en lo que sigue:


I. Cuando el compareciente actúe como apoderado de persona física, podrá hacerlo mediante poder notarial o carta poder firmada por el otorgante y ante dos testigos, sin necesidad de ser ratificada ante la Junta;

Es decir, quien comparece por propio derecho, no tiene que justificar personalidad alguna; ésta solo se acredita si quien ocurre a juicio no lo hace en representación de una persona física o moral; lo que se ha llamado personalidad derivada o personería, aunque en la práctica se utiliza personalidad.

II. Cuando el apoderado actúe como representante legal de persona moral, deberá exhibir el testimonio notarial respectivo que así lo acredite;

La representación legal debe derivarse de la escritura constitutiva de la persona moral que ocurra a juicio, pues ningún otro medio de prueba resulta coherente, según la fracción. Se deja, comúnmente copia certificada a la junta del acta constitutiva, solamente para observarla y certificar la copia de la copia.

III. Cuando el compareciente actúe como apoderado de persona moral, podrá acreditar su personalidad mediante testimonio notarial o carta poder otorgada ante dos testigos, previa comprobación de que quien le otorga el poder está legalmente autorizado para ello;

El efecto legal de quien comparece a juicio en representación de una persona moral y no acredita tal carácter, es de tenerle por contestada la demanda en sentido afirmativo, salvo prueba en contrario.

En materia civil, y en jurisprudencias emanadas, menciona que la falta de personalidad debe reclamarse en Amparo Directo.
En materia laboral no se sigue dicho criterio, pues existe la posibilidad de reclamar la falta de personalidad en vía incidental, además, que como comenta el jurista Mario González, “(debe) reclamarse como una violación en Amparo Indirecto porque siendo un presupuesto procesal no se puede iniciar válidamente sin la misma”

IV. Los representantes de los sindicatos acreditarán su personalidad con la certificación que les extienda la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, o la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, de haber quedado registrada la directiva del Sindicato.

La representación del sindicato se ejerce por su secretario general o por la persona que designe su directiva, salvo disposición especial de los Estatutos. Los sindicatos pueden ser representados por terceras personas ante las autoridades laborales con una simple carta poder extendida por el secretario general o quien esté legitimado para esto. Además, los sindicatos pueden representar a sus sindicalizados pro defensa de los derechos individuales correspondientes.

La personalidad sindical está basada en una entidad autónoma con existencia, derechos, responsabilidades y papel social propios, elementos todos estos cuya existencia debe confirmar el estado, y desde luego, proveer su defensa y protección, ya que con tal autonomía, con derechos y sus consiguientes responsabilidades.

Desde luego, existen excepciones a las reglas del artículo 692, que son los artículos 693 y 694.



ARTÍCULO 693. Las Juntas podrán tener por acreditada la personalidad de los representantes de los trabajadores o sindicatos, sin sujetarse a las reglas del artículo anterior, siempre que de los documentos exhibidos lleguen al convencimiento de que efectivamente se representa a la parte interesada.

La Junta podría desconocer la personalidad patronal, si esta no se sujeta a los supuestos del 692, fracciones I, II y III de la Ley Federal del Trabajo. Por otra parte, la falta de personalidad puede hacerse valer en forma superveniente, esto es, en el momento en que ocurra a juicio el demandado, pues es hasta entonces cuando se sabe si con la documentación exhibida se acredita el carácter con que se ostenta la persona que comparece a juicio. Cito la siguiente jurisprudencia:

No. Registro: 207,778
Jurisprudencia
Materia(s): Laboral
Octava Época
Instancia: Cuarta Sala
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 65, Mayo de 1993
Tesis: 4a./J. 18/93
Página: 17
Genealogía: Apéndice 1917-1995, Tomo V, Primera Parte, tesis 315, página 207.

PERSONALIDAD EN EL JUICIO LABORAL. LAS JUNTAS PUEDEN VALIDAMENTE EXAMINARLA DE OFICIO.
Si los presupuestos procesales son los requisitos sin los cuales no puede iniciarse, tramitarse, ni resolverse con eficacia jurídica un procedimiento, y entre dichos presupuestos se halla la personalidad de las partes, ha de considerarse que las Juntas de Conciliación y Arbitraje tienen atribuciones para examinar, aun oficiosamente, la personalidad de quien comparece por cualquiera de las partes a fin de cerciorarse de que efectivamente está legitimado para ello; tal consideración se halla confirmada, lógicamente, por varios preceptos legales, entre otros, los artículos 685, 692, 713, 840, 842, 873 y 875, de la Ley Federal del Trabajo, que dan por supuesta esa facultad; de lo contrario, tendría que admitirse el extremo antijurídico de que la autoridad jurisdiccional se viera obligada a aceptar como representante de una de las partes, a cualquiera que se ostentara como tal, sin necesidad de acreditarlo, con grave perjuicio para la congruencia del proceso y del laudo.

Contradicción de tesis 75/91. Entre el Primero y Sexto Tribunales Colegiados en Materia de Trabajo del Primer Circuito. 18 de enero de 1993. Cinco votos. Ponente: Carlos García Vázquez. Secretaria: Guadalupe Cueto Martínez.

Tesis de Jurisprudencia 18/93. Aprobada por la Cuarta Sala de este alto Tribunal en sesión privada del dieciocho de enero de mil novecientos noventa y tres, por cinco votos de los señores ministros: Presidente Carlos García Vázquez, Juan Díaz Romero, Ignacio Magaña Cárdenas, Felipe López Contreras y José Antonio Llanos Duarte.



Por lo que respecta a otra excepción, esta se menciona en el siguiente artículo:

ARTÍCULO 694. Los trabajadores, los patrones y las organizaciones sindicales, podrán otorgar poder mediante simple comparecencia, previa identificación, ante las Juntas del lugar de su residencia, para que los representen ante cualquier autoridad del trabajo; la personalidad se acreditará con la copia certificada que se expida de la misma.

Si el poder se otorga para que represente –al trabajador, patrón o sindicato- fuera del lugar del juicio, la copia certificada en que se pretenda acreditar la personalidad, deberá ser expedida por la Junta competente del ligar de su residencia, salvo que no haya, la pueda hacer la autoridad del lugar. Se debe tener cuidado de que el poder se otorgue ante la Junta competente, de lo contrario se correrá el riesgo de que el poder se desconozca por la Junta del Lugar del juicio.[5]

Por economía procesal, los representantes o apoderados podrán acreditar su personalidad en cada uno e los juicios en que comparezcan, exhibiendo copia simple fotostática para su cotejo con el documento original o certificado por autoridad, el cual les será devuelto de inmediato; la copia, debidamente certificada, quedará en autos (articulo 695 LFT).

El poder que otorgue el trabajador a sus representantes se entenderá conferido para demandar todas las prestaciones principales y accesorias que corresponda, aunque no estén expresas; basta la mención de poder para que se considere como poder general, dentro de las particularidades del mandato (artículo 696 LFT).














BIBLIOGRAFIA.




Juan B. Climent Beltrán/ Derecho Procesal del Trabajo/ 2003/ Esfinge.

Manuel Alonso Olea. Maria Emilia Casas Baamonte/ Derecho del Trabajo/ 2000/ Civitas.

A. Soto Cerbón/ Teoría General del Derecho del Trabajo/ Trillas/ 1992.

Mario González García / Comentarios Procesales a la Ley Federal del Trabajo/ Porrúa / 2000.

Ignacio Burgoa / El Juicio de Amparo / Porrúa / 2003.

Eduardo Pallares / Diccionario de derecho Procesal Civil / Porrúa / 2003.

[1] Ignacio Burgoa. El Juicio de Amparo. 9ª. Ed. Porrúa. México. 1993.

[2] Juan B. Climent Beltrán. Derecho Procesal del Trabajo. 2003. Esfinge.
[3] Mario González García. Derecho Procesal. Comentarios Procesales a la Ley Federal del Trabajo. Porrúa. 2000.
[4] Mario de la Cueva. El Nuevo Derecho mexicano del Trabajo. Porrúa. 2001. México.
[5] Mario González garcía. Comentarios procesales a la ley federal del trabajo. Porrúa. 2000.

Participacion Social y Política del Universitario

Participación Social y Política del Universitario.
Jesús Ramiro Quintero Vázquez


La democracia ha sido, y será siempre, el sistema perfectible por el cual, una comunidad humana alcanza su organización, delegando representación y autoridad a ciertos elementos de la misma. Y como en ésta, jamás hay homogeneidad de pensamiento, se debe consensar cada una de las decisiones que atañe a la misma.

Hay momentos, en la vida de las sociedades organizadas, que las voluntades políticas van encaminadas a cierto bienestar, cierta tolerancia y, por que no llamarla así, una relativa paz entre los grupos dialécticamente opuestos por N circunstancias y modos de hacer lasa cosas; en estos momentos, se exige moralmente, por el bien de la comunidad, que exista UNIDAD y convivencia entre los conjuntos existentes. Éste concepto, el de la UNIDAD, es, invariablemente, el panegírico a proclamar cuando llega el momento y así lo exigen las circunstancias.

Los jóvenes, en una trinchera ya definida, debemos de reconocer nuestro papel en sociedad y luchar por cambios definitorios; debemos, en un cause revolucionario, allanar en el otrora sistema de cosas ya establecido, y en un esfuerzo en conjunto, no destruir, sino renovar lo ya existente. Nuestra labor no debe limitarse a cambios superficiales ni específicos; nuestra misión, como jóvenes y aun más como universitarios, será el de velar por aquellas innovaciones profundas y generales, pues la sociedad ha confiado en nosotros y nosotros, a futuro, seremos la sociedad.

¿Con que clamor nos atrevemos a discutir sobre lo ya escrito? ¿Con que afán continuamos denostando a los actores sociales y políticos si nosotros mismos merecemos ese desprecio? Lo merecemos, en una inmensa mayoría, porque hemos sido ignorantes de la situación; simples comodines del acontecer social, político, económico y cultural que, cobardes, no agolpamos nuestros esfuerzos para el bien común; despreciamos la oportunidad de ser mejores en conjunto y peleamos entre nosotros por el simple placer de ver vencido al prójimo, todo esto sin saber que, con tal actitud, tiramos todo aquello que soñamos hacia una ocre realidad.

Es en momentos como éstos, donde los héroes se enajenan y los lideres se muestran arrogantes e inalcanzables, cuando tenemos que hacer que soplen los aires de nuevas cosas: tenemos a nuestro favor, un vital instrumento llamado democracia, y que, si bien es cierto que se muestra en ocasiones sensata y apacible, en otras tantas puede ser mezquino y ruin, pues así son aquellos que nos dirigen, y es cuando la democracia adopta éstos tintes. Por eso debemos, como jóvenes y como universitarios hacer de esa democracia de la que tanto presumimos y nos jactamos de practicar, la virtud única de una sociedad organizada capaz de llevar a hombres probos a ser representantes comunes.

Y es, en estos tiempos de confusión, cuando debemos saltar a un panorama mas amplio; exigir a nuestras autoridades de cualesquier nivel y posición, que se represente verdaderamente a los sectores juveniles de la población; que las instituciones políticas erijan puentes de contacto con los jóvenes, cuya participación en éste rubro será preponderante, porque volver a creer en las instituciones y representantes, no será tan difícil si el camino no se muestra sinuoso de nuevo.

La libertad de los pueblos es el panegírico mas dulce a escuchar si éste se muestra gustoso y entendible para todos: los jóvenes, sobre todos los universitarios debemos de ser capaces de entender las señales que indican necesariamente un cambio. La participación, es la herramienta de la cual se nos dota y aquella que utilizaremos en la construcción real de una nueva nación, con un rumbo marcado por nosotros mismos, sin importar la trinchera en la que se luche, sino con el mismo objetivo para el mismo fin; debemos de empezar con nosotros mismos, pero mas allá de existir esa renovación personal, también debe de existir oportunidades de participación activa en todos y cada uno de los títulos que componen a ésta sociedad. Por que esa es la relación causal de todo; la capacidad de escuchar, de proponer, de hacer valer los derechos de uno mismo y de los demás, en un frente amplio sine quanon en el cual, los gobernantes y actores sociales escuchen y hagan valer las peticiones, es decir, la personalidad de pedir y proponer, y la capacidad de oír y responder.

La dialéctica no miente y ni dejará margen alguno de discusión en un futuro; pues aquello que dejemos de hacer ahora, se nos reprochará por nuestros hijos en un futuro no lejano, del mismo modo que reprochamos lo que dejaron de hacer nuestros padres.

A los estudiantes. Lucio Cabañas


A los estudiantes.Lucio Cabañas

Sierra de Guerrero, a 20 de enero de 1974 (Carta 1)COMPAÑEROS ESTUDIANTES:

Con entusiasmo los saludamos y al mismo tiempo les damos nuestra sincera felicitación por las múltiples acciones que han realizado para el mejoramiento de la educación y para el impulso de la lucha revolucionaria del pueblo. Dentro de los lineamientos que el Partido de los Pobres sostiene para la conducción de la nueva revolución, quedan los trabajos revolucionarios que ustedes como estudiantes han realizado hasta esta fecha y por esta razón les damos nuestra felicitación y les invitamos a seguir adelante.
Debemos tener presente que la forma de lucha principal para el momento que vivimos, es la guerra de guerrillas en las montañas y en las grandes poblaciones; pero que la lucha armada en forma de guerra de guerrillas no puede avanzar victoriosamente si no la ayudamos con todas las demás formas de lucha que se puedan aplicar. Cada forma de lucha es como un brazo del pueblo y quien renuncia a una o a varias cuando son posibles de aplicarse viene a ser como quien cruza de manos al pueblo para que la burguesía lo golpee con más comodidad. De este modo el Partido de los Pobres se pronuncia en favor de usar todas las formas de lucha que sean aplicables y de provecho para el movimiento revolucionario. Las formas de lucha que no aceptamos son aquellas que al aplicarse debilitan la lucha revolucionaria, tal como la lucha electoral en la que no debemos participar porque el voto del pueblo no es respetado y si la burguesía lo respetara, de todos modos no nos bajaríamos de la sierra dejando las armas. Debe entenderse, pues nosotros estamos completamente convencidos que la revolución socialista se hará peleando con las armas, que sin la guerra de los pobres contra los ricos no habrá revolución, y que lo mismo, hacer la guerra, del tipo que sea, es el trabajo principal y el más importante que tenemos que atender todos los que nos proponemos la revolución. Cuando la guerra va naciendo necesita de más formas de lucha que la auxilien y cuando la guerra creció al grado de abarcar la mayor parte del pueblo, necesita de más formas de lucha porque el pueblo está incorporado a la guerra y casi no hay gentes que luchen de otro modo y también porque el enemigo es más débil y pudiéramos decir que hay un grado de debilidad tan grande del enemigo que hasta con una mano le podemos pelear, cuando esto puede aplicarse es el momento en que la burguesía pierde con sólo la guerra regular en plena ofensiva y la huelga general de los trabajadores. Este es el criterio que tiene el Partido de los Pobres y su Brigada Campesina de Ajusticiamiento y esta línea de orientación a nuestro pueblo está respaldada por seis años sin fracasos, que llevamos levantados en armas en la sierra de Guerrero. Por esta razón pedimos a Uds., estudiantes, que sigan haciendo mítines, manifestaciones, asambleas públicas y clandestinas, pintando mantas y paredes, pero hacerlo con las gentes del pueblo porque un movimiento puramente estudiantil es de menor importancia para la revolución, estudiantes que no buscan al pueblo no son revolucionarios; movimiento estudiantil que no trata los problemas del pueblo, no es revolucionario. En fin, queremos que todos los actos de ustedes sirvan para orientar al pueblo y los estudiantes justicia hacia hacer la guerra aun valiéndose de las formas legales de lucha como lo han venido haciendo. Pero no puramente eso, pueden comenzar a formar pequeños grupos armados clandestinos que ajusticien a los malos funcionarios del gobierno o caciques o comandantes de policía, o para que hagan asaltos a bancos o secuestros a millonarios. Pero el hacer acciones armadas no debe ser motivo de renunciar a las formas de lucha donde participan legal o ilegalmente las multitudes de gentes del pueblo; porque la movilización del pueblo despierta a los hombres y mujeres que no entienden la revolución que se avecina.
Estas cosas se las decimos, porque sabemos que ya también en la Universidad de Guerrero está llegando el ultraizquierdismo que propagan gentes que nunca han dirigido ni obreros ni a campesinos que no tienen ninguna práctica revolucionaria y cuya cabeza traen cargada de libros leídos de tajo y revés; que les hablan de que la universidad es una fábrica, dan consignas de que el movimiento de masas ya use las armas cuando apenas va tomando forma; hablan o amenazan de matar a compañeros del Partido de los Pobres por el solo hecho de no estar de acuerdo con sus locuras; por eso les pedimos a esos ultraizquierdistas que vayan a matar a los enemigos del pueblo, que tomen las armas contra el ejército burgués que ha matado estudiantes el Dos de Octubre y el Diez de Junio. Que vayan a destruir las cárceles y las mansiones de los millonarios y que no destruyan la Universidad que es casa donde al mismo tiempo que caben los hijos de los enemigos de la revolución, también viven ahí los hijos del pueblo campesino y obrero aunque en poca cantidad.
En la Brigada Campesina de Ajusticiamiento admitimos a cinco ultraizquierdistas bajo la condición de que ellos venían a fortalecer al Partido de los Pobres y a la Brigada; que se disciplinarían a acuerdos de la mayoría y que les daríamos toda la libertad de dar a conocer sus diferentes puntos de vista sobre la lucha; que cuando la mayoría apoyara sus puntos de vista los pondríamos en práctica. En los primeros días se mostraron como los mejores compañeros, pero después comenzaron a hacer labor de a escondidas para cambiar la Dirección de la Brigada y del Partido para poner uno de ellos; por lo cual se les hizo la primera expulsión. Después continuaron haciendo "grilla", llamando a escondidas a los compañeros del grupo para decirles que la orientación del Partido y de la Brigada era una orientación pequeñoburguesa y no discutían en plena asamblea de Brigada porque nunca ganaban una discusión. Comenzaron a lanzar por aparte volantes en contra del partido de los Pobres y a sostener opiniones que hasta un campesino muy ignorante les podía rechazar como fue cuando nos dijeron que "la lucha no es contra el gobierno, la lucha es contra el estado burgués". Les contestamos que el gobierno es parte del estado burgués y que toda la revolución ha comenzado luchando contra el gobierno. Invitaron a los trabajadores de las carreteras a entrar armados en Atoyac y asaltar las tiendas, cuando que Atoyac siempre ha estado bajo estado de sitio. Claro, ningún trabajador les hizo caso; pero ellos nunca aceptaron ninguna crítica ni se autocriticaron, siempre se consideraron los únicos revolucionarios de México y han visto con desprecio a las demás organizaciones. Al Partido de los Pobres le niegan toda importancia, dicen que en él se practica el caudillismo, que hay una orientación pequeñoburguesa y que al estar en la sierra sosteniendo la guerra de guerrillas se ha caído en el militarismo. Por estas opiniones no les corrimos, los corrimos de la Brigada porque se formaron dentro de la Brigada, en otro grupo y en otra Dirección, se hizo labor de propaganda a escondidas de los que dirigimos y se trató de dividir al grupo armado hasta cuando de policía acusaban a quien no les caía bien para sembrar la desconfianza entre nosotros mismos. Hay un sinfín de errores que sostienen en su orientación y los admitimos en nuestro grupo armado para ver si al contacto con el pueblo aprendían de él y corregía sus pasos. Todos los grupos que han venido de otras organizaciones revolucionarias han coincidido en gran parte con nosotros y muchas cosas nos han enseñado y han aprendido de nosotros. Pero los ultraizquierdistas aquí no demostraron ninguna modestia. Quisieron imponernos sus ideas y nos dijeron que en todas las cosas los del Partido de los Pobres "estamos jodidos", pues es la palabra con la que maltratan a otras organizaciones además de llamarles o llamarnos pequeñoburgueses.
Estos elementos que expulsamos, se hicieron pasar como que eran de la organización Veintitrés de Septiembre. Después nos dijeron que eran de la Organización Partidaria; los documentos en los que querían que basáramos nuestra orientación con unos escritos mimeografiados de nombres "Madera Uno" y "Madera Dos". Dos de ellos, sólo uno fue excelente compañero y cuyo nombre es bien conocido, pues es Carlos Ceballos que estuvo preso con Carmelo Cortés en Chilpancingo. Para Carlos Ceballos o Julián va nuestro cariñoso saludo de siempre. Los expulsados están ahora haciendo labor de desorientación en la Universidad de Guerrero y sólo les creen quienes no han convivido con el pueblo; quienes no tienen una experiencia en el trato con el pueblo se dejan desorientar por los ultraizquierdistas. Si llegan en verdad a matar a nuestros líderes del movimiento urbano de masas, el Partido de los Pobres ser verá obligado a contestar a quien sea: contestaremos a los porros, al gobierno, por cualquier atentado contra la vida de los estudiantes o maestros; pero es doloroso tener que decir esto mismo contra los ultraizquierdistas que expulsamos y más ahora que quieren matar compañeros nomás por no estar de acuerdo con sus ideas. La actitud de los ultraizquierdistas sólo viene a ser alegría para el gobierno y la burguesía, para quienes estamos luchando en la sierra es un tristeza.

Por la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del PDLP:Lucio Cabañas Barrientos, Isidro Castro Fuentes, José Luis Orbe Ríos, Agustín Álvarez Ramírez, Enrique Velázquez Fierro.
Contra el burocratismo
Ernesto Che Guevara

Publicado en: Revista Cuba Socialista, La Habana, febrero de 1963, año 3, no. 18.
Tomado de: Ernesto Che Guevara, Temas económicos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1988.

Nuestra Revolución fue, en esencia, el producto de un movimiento guerrillero que inició la lucha armada contra la tiranía y la cristalizó en la toma del poder. Los primeros pasos como Estado Revolucionario, así como toda la primitiva época de nuestra gestión en el gobierno, estaban fuertemente teñidos de los elementos fundamentales de la táctica guerrillera como forma de administración estatal. El "guerrillerismo" repetía la experiencia de la lucha armada de las sierras y los campos de Cuba en las distintas organizaciones administrativas y de masas, y se traducía en que solamente las grandes consignas revolucionarias eran seguidas (y muchas veces interpretadas en distintas maneras) por los organismos de la administración y de la sociedad en general. La forma de resolver los problemas concretos estaba sujeta al libre arbitrio de cada uno de los dirigentes.
Por ocupar todo el complejo aparato de la sociedad, los campos de acción de las "guerrillas administrativas" chocaban entre sí, produciéndose continuos roces, órdenes y contraórdenes, distintas interpretaciones de las leyes, que llegaban, en algunos casos, a la réplica contra las mismas por parte de organismos que establecían sus propios dictados en forma de decretos, haciendo caso omiso del aparato central de dirección. Después de un año de dolorosas experiencias llegamos a la conclusión de que era imprescindible modificar totalmente nuestro estilo de trabajo y volver a organizar el aparato estatal de un modo racional, utilizando las técnicas de la planificación conocidas en los hermanos países socialistas.
Como contra medida, se empezaron a organizar los fuertes aparatos burocráticos que caracterizan esta primera época de construcción de nuestro Estado socialista, pero el bandazo fue demasiado grande y toda una serie de organismos, entre los que se incluye el Ministerio de Industrias, iniciaron una política de centralización operativa, frenando exageradamente la iniciativa de los administradores. Este concepto centralizador se explica por la escasez de cuadros medios y el espíritu anárquico anterior, lo que obligaba a un celo enorme en las exigencias de cumplimiento de las directivas. Paralelamente, la falta de aparatos de control adecuados hacía difícil la correcta localización a tiempo de las fallas administrativas, lo que amparaba el uso de la "libreta". De esta manera, los cuadros más conscientes y los más tímidos frenaban sus impulsos para atemperarlos a la marcha del lento engranaje de la administración, mientras otros campeaban todavía por sus respetos, sin sentirse obligados a acatar autoridad alguna, obligando a nuevas medidas de control que paralizaran su actividad. Así comienza a padecer nuestra Revolución el mal llamado burocratismo.
El burocratismo, evidentemente, no nace con la sociedad socialista ni es un componente obligado de ella. La burocracia estatal existía en la época de los regímenes burgueses con su cortejo de prebendas y de lacayismo, ya que a la sombra del presupuesto medraba un gran número de aprovechados que constituían la "corte" del político de turno. En una sociedad capitalista, donde todo el aparato del Estado está puesto al servicio de la burguesía, su importancia como órgano dirigente es muy pequeña y lo fundamental resulta hacerlo lo suficientemente permeable como para permitir el tránsito de los aprovechados y lo suficientemente hermético como para apresar en sus mallas al pueblo.
Dado el peso de los "pecados originales" yacentes en los antiguos aparatos administrativos y las situaciones creadas con posterioridad al triunfo de la Revolución, el mal del burocratismo comenzó a desarrollarse con fuerza. Si fuéramos a buscar sus raíces en el momento actual, agregaríamos a causas viejas nuevas motivaciones, encontrando tres razones fundamentales.
Una de ellas es la falta de motor interno. Con esto queremos decir, la falta de interés del individuo por rendir su servicio al Estado y por superar una situación dada. Se basa en una falta de conciencia revolucionaria o, en todo caso, en el conformismo frente a lo que anda mal.
Se puede establecer una relación directa y obvia entre la falta de motor interno y la falta de interés por resolver los problemas. En este caso, ya sea que esta falla del motor ideológico se produzca por una carencia absoluta de convicción o por cierta dosis de desesperación frente a problemas repetidos que no se pueden resolver, el individuo, o grupo de individuos, se refugian en el burocratismo, llenan papeles, salvan su responsabilidad y establecen la defensa escrita para seguir vegetando o para defenderse de la irresponsabilidad de otros.
Otra causa es la falta de organización. Al pretender destruir el "guerrillerismo" sin tener la suficiente experiencia administrativa, se producen disloques, cuellos de botellas, que frenan innecesariamente el flujo de las informaciones de las bases y de las instrucciones u órdenes emanadas de los aparatos centrales. A veces éstas, o aquellas, toman rumbos extraviados y, otras, se traducen en indicaciones mal vertidas, disparatadas, que contribuyen más a la distorsión.
La falta de organización tiene como característica fundamental la falla en los métodos para encarar una situación dada. Ejemplos podemos ver en los Ministerios, cuando se quiere resolver problemas a otros niveles que el adecuado o cuando éstos se tratan por vías falsas y se pierden en el laberinto de los papeles. El burocratismo es la cadena del tipo de funcionario que quiere resolver de cualquier manera sus problemas, chocando una y otra vez contra el orden establecido, sin dar con la solución. Es frecuente observar cómo la única salida encontrada por un buen número de funcionarios es el solicitar más personal para realizar una tarea cuya fácil solución sólo exige un poco de lógica, creando nuevas causas para el papeleo innecesario.
No debemos nunca olvidar, para hacer una sana autocrítica, que la dirección económica de la Revolución es la responsable de la mayoría de los males burocráticos: los aparatos estatales no se desarrollaron mediante un plan único y con sus relaciones bien estudiadas, dejando amplio margen a la especulación sobre los métodos administrativos. El aparato central de la economía, la Junta Central de Planificación, no cumplió su tarea de conducción y no la podía cumplir, pues no tenía la autoridad suficiente sobre los organismos, estaba incapacitada para dar órdenes precisas en base a un sistema único y con el adecuado control y le faltaba imprescindible auxilio de un plan perspectivo. La centralización excesiva sin una organización perfecta frenó la acción espontánea sin el sustituto de la orden correcta y a tiempo. Un cúmulo de decisiones menores limitó la visión de los grandes problemas y la solución de todos ellos se estancó, sin orden ni concierto. Las decisiones de última hora, a la carrera y sin análisis, fueron la característica de nuestro trabajo.
La tercera causa, muy importante, es la falta de conocimientos técnicos suficientemente desarrollados como para poder tomar decisiones justas y en poco tiempo. Al no poder hacerlo, deben reunirse muchas experiencias de pequeño valor y tratar de extraer de allí una conclusión. Las discusiones suelen volverse interminables, sin que ninguno de los expositores tenga la autoridad suficiente como para imponer su criterio. Después de una, dos, unas cuantas reuniones, el problema sigue vigente hasta que se resuelva por sí solo o hay que tomar una resolución cualquiera, por mala que sea.
La falta casi total de conocimientos, suplida como dijimos antes por una larga serie de reuniones, configura el "reunionismo", que se traduce fundamentalmente en falta de perspectiva para resolver los problemas. En estos casos, el burocratismo, es decir, el freno de los papeles y de las indecisiones al desarrollo de la sociedad, es el destino de los organismos afectados.
Estas tres causas fundamentales influyen, una a una o en distintas conjugaciones, en menor o mayor proporción, en toda la vida institucional del país, y ha llegado el momento de romper con sus malignas influencias. Hay que tomar medidas concretas para agilizar los aparatos estatales, de tal manera que se establezca un rígido control central que permita tener en las manos de la dirección las claves de la economía y libere al máximo la iniciativa, desarrollando sobre bases lógicas las relaciones de las fuerzas productivas.
Si conocemos las causas y los efectos del burocratismo, podemos analizar exactamente las posibilidades de corregir el mal. De todas las causas fundamentales, podemos considerar a la organización como nuestro problema central y encararla con todo el rigor necesario. Para ello debemos modificar nuestro estilo de trabajo; jerarquizar los problemas adjudicando a cada organismo y cada nivel de decisión su tarea; establecer las relaciones concretas entre cada uno de ellos y los demás, desde el centro de decisión económica hasta la última unidad administrativa y las relaciones entre sus distintos componentes, horizontalmente, hasta formar el conjunto de las relaciones de la economía. Esa es la tarea más asequible a nuestras fuerzas actualmente, y nos permitirá, como ventaja adicional encaminar hacia otros frentes a una gran cantidad de empleados innecesarios, que no trabajan, realizan funciones mínimas o duplican las de otros sin resultado alguno.
Simultáneamente, debemos desarrollar con empeño un trabajo político para liquidar las faltas de motivaciones internas, es decir, la falta de claridad política, que se traduce en una falta de ejecutividad. Los caminos son: la educación continuada mediante la explicación concreta de las tareas, mediante la inculcación del interés a los empleados administrativos por su trabajo concreto, mediante el ejemplo de los trabajadores de vanguardia, por una parte, y las medidas drásticas de eliminar al parásito, ya sea el que esconde en su actitud una enemistad profunda hacia la sociedad socialista o al que está irremediablemente reñido con el trabajo.
Por último, debemos corregir la inferioridad que significa la falta de conocimientos. Hemos iniciado la gigantesca tarea de transformar la sociedad de una punta a la otra en medio de la agresión imperialista, de un bloqueo cada vez más fuerte, de un cambio completo en nuestra tecnología, de agudas escaseces de materias primas y artículos alimenticios y de una fuga en masa de los pocos técnicos calificados que tenemos. En esas condiciones debemos plantearnos un trabajo muy serio y muy perseverante con las masas, para suplir los vacíos que dejan los traidores y las necesidades de fuerza de trabajo calificada que se producen por el ritmo veloz impuesto a nuestro desarrollo. De allí que la capacitación ocupe un lugar preferente en todos los planes del Gobierno Revolucionario.
La capacitación de los trabajadores activos se inicia en los centros de trabajo al primer nivel educacional: la eliminación de algunos restos de analfabetismo que quedan en los lugares más apartados, los cursos de seguimiento, después, los de superación obrera para aquellos que hayan alcanzado tercer grado, los cursos de Mínimo Técnico para los obreros de más alto nivel, los de extensión para ser subingenieros a los obreros calificados, los cursos universitarios para todo tipo de profesional y, también, los administrativos. La intención del Gobierno Revolucionario es convertir nuestro país en una gran escuela, donde el estudio y el éxito de los estudios sean uno de los factores fundamentales para el mejoramiento de la condición del individuo, tanto económicamente como en su ubicación moral dentro de la sociedad, de acuerdo con sus calidades.
Si nosotros logramos desentrañar, bajo la maraña de los papeles, las intrincada relaciones entre los organismos y entre secciones de organismos, la duplicación de funciones y los frecuentes "baches" en que caen nuestras instituciones, encontramos las raíces del problema y elaboramos normas de organización, primero elementales, más completas luego, damos la batalla frontal a los displicentes, a los confusos y a los vagos, reeducamos y educamos a esta masa, la incorporamos a la Revolución y eliminamos lo desechable y al mismo tiempo, continuamos sin desmayar, cualesquiera que sean los inconvenientes confrontados, una gran tarea de educación a todos los niveles, estaremos en condiciones de liquidar en poco tiempo el burocratismo.
La experiencia de la última movilización es la que nos ha motivado a tener discusiones en el Ministerio de Industrias para analizar el fenómeno de que, en medio de ella, cuando todo el país ponía en tensión sus fuerzas para resistir el embate enemigo, la producción industrial no caía, el ausentismo desaparecía, los problemas se resolvían con una insospechada velocidad. Analizando esto, llegamos a la conclusión de que convergieron varios factores que destruyeron las causas fundamentales del burocratismo; había un gran impulso patriótico y nacional de resistir al imperialismo que abarcó a la inmensa mayoría del pueblo de Cuba, y cada trabajador, a su nivel, se convirtió en un soldado de la economía dispuesto a resolver cualquier problema.
El motor ideológico se lograba de esta manera por el estímulo de la agresión extranjera. Las normas organizativas se reducían a señalar estrictamente lo que no se podía hacer y el problema fundamental que debiera resolverse; mantener la producción por sobre todas las cosas, mantener determinadas producciones con mayor énfasis aún, y desligar a las empresas, fábricas y organismos de todo el resto de las funciones aleatorias, pero necesarias en un proceso social normal.
La responsabilidad especial que tenía cada individuo lo obligaba a tomar decisiones rápidas; estábamos frente a una situación de emergencia nacional, y había que tomarlas fueran acertadas o equivocadas; había que tomarlas, y rápido; así se hizo en muchos casos.
No hemos efectuado el balance de la movilización todavía, y, evidentemente, ese balance en términos financieros no puede ser positivo, pero sí lo fue en términos de movilización ideológica, en la profundización de la conciencia de las masas. ¿Cuál es la enseñanza? Que debemos hacer carne en nuestros trabajadores, obreros, campesinos o empleados que el peligro de la agresión imperialista sigue pendiente sobre nuestras cabezas, que no hay tal situación de paz y que nuestro deber es seguir fortaleciendo la Revolución día a día, porque, además, ésa es nuestra garantía máxima de que no haya invasión. Cuanto más le cueste al imperialismo tomar esta isla, cuanto más fuertes sean sus defensas y cuanto más alta sea la conciencia de sus hijos, más lo pensarán; pero al mismo tiempo, el desarrollo económico del país nos acerca a situaciones de más desahogo, de mayor bienestar. Que el gran ejemplo movilizador de la agresión imperialista se convierta en permanente, es la tarea ideológica.
Debemos analizar las responsabilidades de cada funcionario, establecer lo más rígidamente posible dentro de causas, de los que no debe salirse bajo pena de severísimas sanciones y, sobre esta base, dar las más amplias facultades posibles. Al mismo tiempo, estudiar todo lo que es fundamental y lo que es accesorio en el trabajo de las distintas unidades de los organismos estatales y limitar lo accesorio para poner énfasis sobre lo fundamental, permitiendo así más rápida acción. Y exigir a nuestros funcionarios, establecer límites de tiempo para cumplir las instrucciones emanadas de los organismos centrales, controlar correctamente y obligar a tomar decisiones en tiempo prudencial.
Si nosotros logramos hacer todo ese trabajo, el burocratismo desaparecerá. De hecho no es una tarea de un organismo, ni siquiera de todos los organismos económicos del país; es la tarea de la nación entera, es decir, de los organismos dirigentes, fundamentalmente del Partido Unido de la Revolución y de las agrupaciones de masas. Todos debemos trabajar para cumplir esta consigna apremiante del momento: Guerra al burocratismo. Agilización del aparato estatal. Producción sin trabas y responsabilidad por la producción.

EL ENEMIGO DE LOS PUEBLOS
ADOLF HITLER

13 - 4 - 1923


¡Compatriotas, hombres y mujeres alemanes!En el invierno del año 1919-1920, nosotros los nacionalsocialistas formulamos por primera vez públicamente la pregunta al Pueblo Alemán: ¿Quién es culpable de la guerra? En vista de la orientación del gobierno de entonces de los héroes de noviembre, "diputados del pueblo", así como por la total confusión de las masas seducidas por éstos, esto era una empresa arriesgada. Y, en efecto, también recibimos de inmediato de todas partes la respuesta estereotipica de despreciable auto-denigración: "Lo confesamos, los culpables de la guerra somos nosotros", y el gobierno "alemán" de entonces en Munich publicó así llamados documentos que debían exponer nuestra culpa en la guerra ante todo el mundo. ¡Sí! Toda la revolución ha sido hecha artificialmente en base a esta mentira sencillamente monstruosa. ¿Por que sino no se la hubiera podido esgrimir como formula propagandistica contra el viejo reich, que sentido se le hubiera podido atribuir entonces a la traición de noviembre? Se necesitaba esta calumnia del sistema imperante hasta ese entonces para poder justificar con ello delante del pueblo la propia acción infame. La masa criminalmente azuzada y engañada estaba pronta a creer desaprensivamente todo lo que los nuevos hombres del gobierno le decian. Estaba pronta a abuchear a todo el que osaba la afirmación que no Alemania sino potencias bien distintas tenian culpa del desencadenamiento de la guerra. Los sepultureros marxista-democratico-pacifistas del viejo reich gritaban: "el solo hecho de que fuera resuelta por las armas una guerra prueba que fue la obra del sistema monarquico-capitalista-pangermano corrompido por la disipacion. ¡los pueblos civilizados de ninguna manera hacen la guerra entre ellos!". Pues bien, las consecuencias de la civilización que hemos alcanzado a traves del dia de gracia del 9 de noviembre, se ve en todos los rincones de la europa encendida, en subversión y violencia. Segun nuestra opinion, los tiempos sin "liga de las naciones" fueron con mucho los mas honestos y los mas humanos. Los otros, por cierto, afirman en cambio que nosotros hemos alcanzado la era de maxima cultura.Preguntamos: ¿Debe haber guerras? El pacifista responde: ¡no! El declara en especial que las disputas en la vida de los pueblos son solamente la expresión del sojuzgamiento de una clase humana por la burguesia que en ese momento gobierna. En caso de efectivas diferencias de opinión entre los pueblos afirma que debe decidir un "tribunal de paz". Pero deja sin respuesta la pregunta acerca de si los jueces de este tribunal arbitral también tendrian el poder de hacer comparecer siquiera a las partes ante los estrados. Pienso que un acusado por regla general solo acude "voluntariamente" al juzgado porque en caso contrario seria llevado a él por la fuerza.¡quisiera ver a la nación que en caso de litigio se deja arrastrar sin compulsión exterior ante este tribunal de la liga de las naciones! En la vida de los pueblos decide en ultimo termino una especie de juicio de dios. Hasta puede suceder que en una controversia de dos pueblos ambos tengan razon. Asi austria, un pueblo de 50 millones, de cualquier modo tenia derecho a una salida al mar. Pero Italia, como en la franja territorial en cuestión primaba la población italiana, exigio para si el "derecho de autodeterminacion". ¿quien renuncia voluntariamente? ¡nadie! Decide la fuerza propia de los pueblos. Siempre ante dios y el mundo el mas fuerte tiene el derecho de hacer prevalecer su voluntad. La historia da la prueba: ¡al que no tiene la fuerza el "derecho en si" no le sirve de nada! Un tribunal mundial sin una policia mundial seria una broma. ¿De que naciones de la actual liga de naciones se reclutaria ésta? ¿quizas hasta de las filas del viejo ejercito aleman? Toda la naturaleza es una formidable pugna entre la fuerza y la debilidad, una eterna victoria del fuerte sobre el debil. Nada mas que podredumbre habria en toda la naturaleza si fuera de otro modo. Se corromperian los estados que pecan contra esta ley elemental. Ustedes no necesitan buscar mucho tiempo por un ejemplo de semejante podredumbre que trae la muerte. ¡lo ven en el actual reich!Debemos analizar que antagonismos existieron en Europa antes de la guerra mundial. Inglaterra y Rusia estaban en competencia comercial en la llanura baja bengali, en afganistan, etcetera. Con Francia, inglaterra estaba ya desde hace 140 años en conflicto por la hegemonia. A pesar de la guerra de rapiña llevada conjuntamente han seguido siendo hasta la hora presente, viejos y encarnizados rivales. Francia estaba a su vez en oposición de intereses con italia, sobre todo en el norte de africa. Ninguna contraposición en cambio ha existido jamas entre Alemania y Rusia. Por el contrario, el estado industrial Alemania necesitaba perentoriamente otros años de paz; el estado agrario Rusia necesitaba muchas otras cosas, pero en ningun caso ampliaciones territoriales de cualquier indole a costa del imperio alemán. De la misma manera, Alemania no tenia superficies de fricción de ninguna clase con italia. Sin embargo, en un juego de intrigas conducido con consumada arteria, primeramente Rusia fue azuzada contra Alemania y, por fin, todo el mundo contra nosotros. Es un engaño infame escribir hoy hipocritamente: "¡si en Alemania se hubieran matado a tiempo a los provocadores de la guerra, la Guerra Mundial nos hubiera quedado ahorrada!". Yo pregunto: ¿Dónde estaban, pues, en todo el mundo estos provocadores de la guerra? ¿quienes son y de que medios se han valido?Con la denuncia del tratado de reaseguramiento de bismarck con Rusia comenzo la campaña consecuente de azuzamiento de la prensa mundial judeo-democratica-marxista. En el paris republicano aclama al "zar de sangre", en el berlin imperial brama al mismo tiempo: "¡abajo con el zar!" la bolsa brama; los partidos democraticos y marxistas hacen lo mismo. Y mas, bebel, por lo general nunca dispuesto a conceder al "perverso militarismo" tan solo un soldado, un centavo para la protección contra Francia, pronuncio las palabras: "¡si vamos contra Rusia yo mismo cargo un fusil!". Y también en San Petersburgo es el mismo cuadro: desmedido azuzamiento contra Alemania, glorificación de Francia, nuevamente en las columnas de la gran prensa alli exclusivamente democrático-judeo-marxista. En asombrosa colaboración logran aquí como alla la democracia y el marxismo, con la probada conducción superior de los judíos que manejan los hilos, llevar a los alemanes y rusos, que originariamente tienen sentimientos reciprocos amistosos, a un antagonismo completamente insensato, incomprensible. Si el pueblo alemán no tenia motivo ni para odiar ni envidiar a Rusia ¿quien podía tener un interes tan ardiente en este azuzamiento artificial? ¡era el judio! Él genero y alimento este odio hasta el dia de la orden de movilización sonsacada al zar. ¡que era pues todo este liberalismo, nuestra prensa, la bolsa, la francmasoneria... Instrumentos del judio! El zarismo ¿Debia ser derribado para conquistar al judaismo de Rusia quizas los mismos derechos? ¡no! ¡sino el poder! Como ya los poseia en otros estados democraticos. El judío pugnaba por un dominio absoluto en el pais de las limitaciones, y no de las persecuciones de judíos, porque persecuciones de judíos no las ha habido ya en los ultimos 200 años, sino solamente una continua persecución de cristianos. Para la destrucción de Rusia el judío ¿De que podia servirse sino solamente de Alemania? Terminar mas tarde con esta Alemania, eso lo considero un juego de niños. ¡porque él conocia demasiado bien a los niños alemanes! Solamente en una prensa como la marxista alemana un Salomon Kosmanowsky (Kurt Eisner), podía atreverse a escribir: "¡Ya no hay retroceso posible! ¡Adelante contra Rusia! ¡Una misión liberadora de pueblos se presenta ahora a Alemania!". Sólamente frente al Estado Mayor Alemán, políticamente por entero falto de instinto, semejante judío del este podía osar ofrecerse para el servicio!La prensa mundial democratico-marxista-judia ha hecho de Alemania una victima de su política de alianzas. Ha aprovechado consecuentemente los antagonismos Austria-Rusia y Austria-Italia para provocar el estallido de la guerra con seguridad matematica. Austria-Rusia: ella atizaba la miope política polaca de viena contra Rusia. Ella azuzo a los polacos en cracovia y lemberg al abuso de las libertades que alli les fueron dejadas. Ella azuzo en san petersburgo: "el camino a viena pasa por berlin." ella azuzo hasta que el grado de la amistad mortal ruso-austriaca había sido alcanzado. Austria-italia: simultaneamente azuzaba en viena como en roma. Allí bramaba usando una palabra de Bismarck: "¡El que atenta contra Trieste toca la punta de la espada alemana!" ¡Bien! ¿¡Pero por que no se ha germanizado a Trieste!? Para esto se requería un puño de hierro, una voluntad de hierro. Pero ésta no la pudo reunir Viena. ¿Por qué? Porque en toda tentativa para ello la misma prensa comenzaba a azuzar en el sentido opuesto: "¿Barbaros qué sois? ¡Pensad en la humanidad? ¡Derecho de autodeterminacion! ¡Sed humanos!". ¡Pero con "humanidad" y democracia nunca han sido liberados los pueblos! La misma prensa democrática-marxista-judía entonó a la misma hora en Roma la canción de azuzamiento: "¡Libertad a vuestros hermanos y redentos! ¡El camino a Trieste pasa por Viena! ¡No hay retroceso posible! ¡Una misión liberadora de pueblos habéis de cumplir!". ¡Así la francmasonería judía de Italia a través de su prensa, pasando por encima de Austria, también azuzo a Italia a la guerra con Alemania! Porque la salida política que un gobierno alemán inteligente y decidido hubiera debido elegir, la misma prensa igualmente la supo impedir en Berlín echando mano de frases sentimentales. Porque en lugar de romper la estructura imposible de austria a quien el espiritu interior faltaba tan por completo como para mantenerse como estado, incorporarse la austria alemana y no el resto sea impelido Alemania a sumarse al destino de este miembro perdido.En las relaciones entre Alemania y Francia imperaban contrastes fundamentales que ni por los telegramas de un eisner-kosmanowsky ni por cobarde servilismo podían ser obviados. Antes de la guerra solo, era posible estar uno al lado del otro en armas. Es verdad que para Alemania la guerra de 1870-1871 significaba una terminación de la enemistad de siglos. En Francia, por el contrario, a traves de todos los medios de la propaganda periodística, en los textos escolares, teatros y cines, fue cultivado un odio candente contra Alemania. Así como Berlín azuzaba contra Rusia, así París contra Berlín. Mineros alemanes acuden presurosamente a través de la frontera para llevar a colegas franceses ayuda en una terrible catástrofe. ¿Quién espeta las mas odiosas calumnias? ¿Quien difama hasta la acción, que nació de genuina caballerosidad alemana? - Matin, Journal, etcétera. ¡Todos los periodicos judíos de Francia! ¡Buscar el conflicto y aprovecharlo, es también aquí la intención claramente reconocible del judaismo mundial!El contraste entre Alemania e Inglaterra está en el terreno económico. Hasta 1850 la posición de potencia mundial de Inglaterra era incontrovertible. Ingenieros británicos, y el comercio británico conquistan el mundo. Alemania comienza a devenir, gracias a su mayor laboriosidad y acrecentada capacidad, un competidor peligroso. A corto plazo las sociedades inglesas que se encuentran en Alemania, pasan a ser propiedad de la industria alemana, es más, sus productos desplazan hasta en el mercado londinense a los propios británicos. La medida de defensa "made in germany" tiene por resultado lo contrario de lo esperado: esta "marca registrada" se transforma en la propaganda mas eficaz. La economía alemana no fue creada solamente en Essen, sino por un hombre que sabía que detrás de la economía también debe haber poder, dado que sólamente el poder garantiza la economía, y este poder nació en los campos de batalla de 1870-1871, no en la atmósfera de parloteo de los parlamentos. 40.000 caídos han hecho posible la vida de 40 millones. Cuando Inglaterra frente a esta Alemania estaba en peligro de caer de rodillas, pensó en el último medio de la competencia de los pueblos: ¡en la violencia! Se inicia una grandiosa propaganda de prensa como preparación. ¿Pero quién es el jefe de la totalidad de la prensa de los comerciantes mundiales británicos? Un nombre se cristaliza: ¡Northeliffe! ¡Un judío! Él envia semanalmente 30 millones de diarios a todo el mundo. Y en un 99 por ciento la prensa de Inglaterra se encuentra en manos judias. "¡Cada niño alemán recién nacido cuesta la vida a un britanico!". "¡No hay ningún británico que no ganaría con el aplastamiento de Alemania!". Así con las más ruines palabras-impacto se apela a los instintos mas bajos; se azuza con afirmaciones, calumnias y promesas tales como sólamente el judío es capaz de idear, tales como únicamente periodicos judíos osan presentarlas a un pueblo ario. ¡Arriba, a salvar a las pequeñas naciones, por el honor de la Humanidad! ¡La misma mendacidad en la totalidad de la acción de azuzamiento en todo el mundo! ¡Su éxito lo siente el pueblo alemán muy dolorosamente!¿Qué razón tuvo finalmente Norteamérica de ir a la guerra contra Alemania? Pues bien: con el estallido de la Guerra Mundial tan largamente anhelada por Judá todas las grandes firmas judías de los Estados Unidos llegaron a ser proveedoras de guerra. Ellos aprovisionaron al "mercado" de guerra europeo en una medida tal como quizás no lo habian soñado, ¡una cosecha gigantesca! Pero a la voracidad insaciable del judío nada le fue suficiente. Asi comenzo entonces la prensa venal dependiente de los reyes de la bolsa, una campaña propagandistica sin igual. Su estructura, una gigantesca organización de la mentira periodistica. Y nuevamente es un consorcio judío, la Prensa Hearst, el que da el tono para la campaña de azuzamiento contra Alemania. El odio de estos "norteamericanos" no se dirigía únicamente contra la Alemania comercial, y no tampoco quizás contra la militar. Se dirigía especialmente contra la Alemania social. Por que ésta se había mantenido hasta entonces fuera de las líneas directrices de los trusts mundiales. Es que el viejo Reich al menos ha hecho la tentativa honrada de ser social, es que podiamos mostrar comienzos sociales como ningún otro país de toda la tierra. Es que en la construcción de viviendas y de fábricas se prestaba atención en su mayor parte a la higiene, baño, luz y aire, en contraposición a la República de Noviembre, cuyas "direcciones de vivienda" apriscan a los seres humanos en conejeras. Antes los tranvías suburbanos aun llevaban a los obreros por diez centavos a sus colonias de casetas de madera cubiertas de verdor, las que, bajo la "asistencia" de la República de Noviembre, debieron enajenar o dejar en estado de abandono, porque o bien los tranvías se hallan completamente paralizados o los precios de los viajes se han hecho prohibitivos. El viejo Reich edifico escuelas, hospitales, institutos científicos, que provocaron el asombro y la envidia de todo el mundo. En la República de Noviembre sucumben diariamente tales lugares de cultura. Que el viejo Reich ha sido social en este sentido, que se permitio no considerar a sus seres humanos exclusivamente como números, en esto residio su mayor peligrosidad para la bolsa mundial. De ahi, la lucha de los "compañeros" dirigidos por judíos, también en nuestro país en contra de sus más caros intereses. De ahí la campaña difamatoria según la misma consigna en todo el mundo. Por eso la prensa judeo-democrática de Norteamerica tuvo que realizar su obra maestra: a saber, llevar por azuzamiento a un pueblo grande, pacífico, al que las luchas de Europa le eran tan indiferentes como el Polo Norte, "en aras de la cultura" a la más cruel de todas las guerras por medio de la propaganda de atrocidades ideada, mentida, falsificada en nombre de la cultura, de una infamia sin precedentes desde la 'a' hasta la 'z'. Porque este último estado social de la Tierra debía ser hecho pedazos, 26 pueblos de la tierra han sido azuzados recíprocamente por esta prensa, que se encuentra exclusivamente en poder de un solo pueblo mundial, de una sóla raza, que en el fondo es enemiga a muerte de todos los estados nacionales.¿Quién hubiera podido impedir la Guerra Mundial? ¿Quizas la "solidaridad cultural", en cuyo nombre justamente se practicaba esta propaganda de atrocidades contra Alemania por los judíos? ¿O quizas los pacifistas? ¿A lo mejor hasta los pacifistas "alemanes"? ¿Aquellos Nikolai, Förster, Quidde etc., pregonando a los cuatro vientos día tras día su calumnia del heróico Pueblo Aleman? Estos maestros del así llamado pacifismo mundial, que había sido inventado de nuevo exclusivamente por judíos. ¿Quizás la muy ensalzada solidaridad del proletariado? "¡Todas las ruedas se paran cuando tu fuerte brazo lo quiere!". Las ruedas del mundo han girado asiduamente. Únicamente una rueda se trato de parar en incesante trabajo de socabamiento. Con la huelga de las fábricas de municiones de 1918, que costó la vida a miles de combatientes del frente, aún no se logró del todo. Pero el 9 de Noviembre fue paralizada esa rueda: la rueda alemana. El partido socialdemócrata declaró textualmente en su órgano principal, "Vörwarts", que no estaba en el interés del trabajador alemán que Alemania gane la guerra. Yo pregunto en cambio: tú, trabajador alemán: ¿Está en tu interés que hoy hayas llegado a ser esclavo? Que tú mismo luchas y gimes mil veces peor que antes en una servidumbre personal sin perspectiva y sin esperanza, mientras que tus dirigentes sin excepción... ¿Pero quienes son estos dirigentes del proletariado? ¡Nuevamente judíos!¿Pero es que quizás los francmasones debían impedir la Guerra Mundial? ¿Esta la más noble institución filantropica, que más clamorosamente anunciaba que se iba a colmar de felicidad al pueblo, y que al mismo tiempo fue la principal atizadora de la guerra? ¿Quienes son, pues, en realidad, los francmasones? Se distinguen dos grados. A los inferiores pertenecen en Alemania aquellos burgueses medios que en el farrago de frases ofrecidas pueden alguna vez sentirse "alguien". Los responsables, empero, son aquellos multifacéticos que soportan cualquier clima, aquellos 300 Rathenau, que todos se conocen entre sí, que dirigen los destinos del mundo por encima de las cabezas de los reyes y presidentes de Estado. Aquellos, que sin escrúpulos se hacen cargo de cualquier función, que brutalmente saben esclavizar a todos los pueblos: ¡nuevamente judíos!Ahora bien: ¿Por que los judíos han estado contra Alemania? Esto al presente, demostrado claramente por un sinnúmero de realidades, es perfectamente evidente. Ellos usaban la antiquisima táctica de las hienas: cuando los combatientes desfallecen, entonces echa mano. ¡Entonces cosecha! En la guerra y en las revoluciones judá alcanzo lo casi inalcanzable. ¡Cientos de miles de piojosos judíos del este llegan a ser "europeos" modernos! Tiempos intranquilos son capaces de producir milagros. ¡¿Cuanto tiempo se hubiera necesitado antes de 1914, p. ej. en Baviera, para que un judío galitziano llegara a ser presidente de ministros?! ¡¿O en Rusia un anarquista del ghetto neoyorquino, Bronstein (Trotzki), dictador?! Pocas guerras y revoluciones han sido suficientes para hacer del pueblo de los judíos el poseedor del oro rojo y con ello, el señor del mundo.Este pueblo odiaba dos estados ante todo, que hasta 1914 aun le impedían la consecución de su meta de dominación mundial: Alemania y Rusia. Aquí aún les había llegado en forma total lo que ya poseían en las democracias occidentales. Aquí ellos no eran aún los únicos soberanos en la vida espiritual asi como en la económica. Asimismo, los parlamentos no eran aquí aun exclusivamente instrumentos del capital y de la voluntad judíos. El hombre alemán y el ruso genuino habían conservado todavía una cierta distancia frente al judío. En ambos pueblos vivía todavía el sano instinto del desprecio a los judíos, y existia el gran peligro de que en estas monarquías podrían con todo surgir nuevamente un Fridericus, un Guillermo I, y que la democracia y las prácticas parlamentarias fueran mandadas al diablo. ¡Así los judíos se hicieron revolucionarios! La república debía conducirlos al enriquecimiento y al poder. Ellos disfrazaron esta meta: ¡caída de las monarquías! ¡instauración del pueblo "soberano"! ¡Yo no sé si hoy es posible llamar soberano al pueblo alemán o ruso! ¡En todo caso uno no se percata de ello! ¡Pero de lo que el pueblo alemán se percata, lo que diariamente tiene ante sus ojos en la forma más crasa, es el desenfreno, la intemperancia en el comer y en el beber y la especulación, de los que hace ostentación el abierto escarnio del judío! El así llamado estado libre alemán se ha transformado en el refugio donde estas sabandijas pueden enriquecerse desenfrenadamente. Asi tuvieron que ser derribadas Rusia y Alemania, a fin de alcanzar el cumplimiento de una vieja profecía. Así todo el mundo fue sacudido. Así han sido aplicados brutalmente todos los medios de la mentira y propaganda contra el estado de los últimos idealistas: ¡los alemanes! ¡y asi Judá gano la Guerra Mundial! ¿O quiere usted afirmar que el "pueblo" francés, el inglés y el norteamericano han ganado la guerra? Ellos todos, vencedores al igual que vencidos, son los derrotados. Una cosa se levanta sobre todos ellos: ¡la bolsa mundial, que ha llegado a ser el amo de los pueblos!Ahora bien, ¿qué culpa tiene Alemania misma en la guerra? Consistió en que en un tiempo, cuando ya el anillo se cerraba alrededor de su existencia, omitió organizar la defensa tan energicamente que por el despliegue de su poder o bien les fuese quitado a los demas a pesar se sus peores intenciones, el coraje de agredir, o bien que la victoria del Reich fuera garantizada. Es la culpa del pueblo alemán que en 1912 esos tres cuerpos de ejercito que el criminal reichstag en increible maldad y estupidez denego, no los haya construido por encima de él. Con estos 120.000 hombre mas la batalla de marne hubiera sido ganada y la guerra decidida. ¡dos millones menos de heroes alemanes hubieran bajado a la tumba! ¿Pero quien en 1912 asi como en el ultimo año de guerra, cego al pueblo alemán con aquella teoria: "todo el mundo depondra las armas si Alemania lo hace? ¿quien?: ¡el judío democratico-marxista, que a la misma hora y hasta el presente azuzaba y azuza entre los otros la carrera armamentista para el sojuzgamiento de la Alemania "bárbara"!Ahora quizás surja todavía la pregunta de si hoy es conveniente hablar sobre la culpa de la guerra. ¡Por cierto, hasta tenemos la obligación de hablar de ello! Por que los asesinos de nuestra Patria, que a través de todos los años traicionaron y vendieron a Alemania, son los mismos que como criminales de noviembre nos han arrojado al infortunio mas hondo! Tenemos la obligación de hablar sobre ello porque en un futuro próximo junto con el poder también tendremos la ulterior obligación de colgar a estos corruptores, canallas e incursos en alta traición en la horca, donde deben estar! ¡Que nadie crea que quizás ellos han cambiado! Al contrario, estos canallas de noviembre que hoy aún pueden moverse libremente entre nosotros, ellos también hoy actúan contra nosotros!¡Del conocimiento viene la voluntad de resurgir! Han quedado dos millones en la lucha. También ellos tienen derechos, no solamente nosotros los sobrevivientes. Hay millones de huerfanos, lisiados y viudas entre nosotros. ¡También ellos tienen derechos! Para la Alemania de hoy ninguno ha muerto ni ha quedado lisiado, huérfano o viuda. ¡Tenemos la deuda con estos millones de construir una nueva Alemania!
V. I. Lenin
Informe sobre la situación internacional y las tareas fundamentales de la Internacional Comunista
19 de julio de 1920
Primera edición: Publicado el 24 de julio de 1920 en el núm. 162 de "Pravda".

(Clamorosa ovación. Todos se ponen en pie y aplauden. El orarador intenta hablar, pero siguen los aplausos y las exclamaciones en todas las lenguas. La ovación dura mucho.)

Camaradas: Las tesis sobre los problemas relativos a las tareas fundamentales de la Internacional Comunista hans sido publicadas en todos los idiomas, y no representan algo sustancialmente nuevo (en particular para los camaradas rusos), ya que en grado considerable hacen extensivos a una serie de países occidentales, a Europa Occidental, ciertos rasgos básicos de nuestra experiencia revolucionaria y las enseñanzas de nuestro movimiento revolucionario. Por eso, en mi informe me detendré con algo más de detalle, aunque brevemente, en la primera parte del tema que me ha sido asignado: la situación internacional.
Las relaciones económicas del imperialismo constituyen la base de la situación internacional hoy existente. A lo largo de todo el siglo XX se ha definido por completo esta fase del capitalismo, su fase superior y última. Todos vosotros sabéis, claro está, que el rasgo más característico y esencial del imperialismo consiste en que el capi ha alcanzado proporciones inmensas. La libre competencia ha sido sustituida por un monopolio gigantesco. Un numero insignificante de capitalistas ha podido, a veces, concentrar en sus manos ramas industriales enteras, las cuales han pasado a las alianzas, cártels, consorcios y trusts con frecuencia de carácter internacional. De este modo, los monopolistas se han apoderado de ramas enteras de la industria en el aspecto financiero, en el aspecto del derecho de propiedad y, en parte, en el aspecto de la producción, no sólo en algunos países, sino en el mundo entero. Sobre esta base se ha desarrollado el dominio, antes desconocido, de un número insignificante de los mayores bancos, reyes financieros y magnates de las finanzas, que en la práctica, han transformado incluso las repúblicas más libres en monarquías financieras. Antes de la guerra, esto era reconocido públicamente por escritores que no tienen nada de revolucionarios, como, por ejemplo, Lysis en Francia.
Este dominio de un puñado de capitalistas alcanzó su pleno desarrollo cuando todo el globo terráqueo quedó repartido no sólo en el sentido de conquista de las distintas fuentes de materias primas y de medios de producción por los capitalistas más fuertes, sino también en el sentido de haber terminado el reparto preliminar de las colonias. Hace unos cuarenta años, apenas pasaba dé 250 millones de seres la población de las colonias sometidas por seis potencias capitalistas. En vísperas de la guerra de 1914, en las colonias había ya cerca de 600 millones de habitantes, y si agregamos países como Persia, Turquía y China, que entonces eran ya semicolonias, resultará, en cifras redondas, una población de mil millones, que era oprimida mediante la dependencia colonial por los países más ricos, civilizados y libres. Y vosotros sabéis que, además de la dependencia jurídica directa de carácter estatal, la dependencia colonial presupone toda una serie de relaciones de dependencia financiera y económica, presupone toda una serie de guerras, que no eran consideradas como tales porque consistían, con frecuencia, en que las tropas imperialistas europeas y norteamericanas, pertrechadas con las más perfectas armas de exterminio, reprimían a los habitantes inermes e indefensos de las colonias.
De este reparto de toda la tierra, de este dominio del monopolio capitalista, de este poder omnímodo de un insignificante puñado de los mayores bancos -dos, tres, cuatro o, a lo sumo, cinco por Estado- nació, de modo ineluctable, la primera guerra imperialista de 1914-1918. Esa guerra se hizo para repartir de nuevo el mundo entero. Se hizo para determinar cuál de los dos grupos insignificantes de los mayores Estados- el inglés o el alemán- recibiría la posibilidad y el derecho de saquear, oprimir y explotar toda la Tierra. Como sabéis, la guerra decidió la cuestión a favor del grupo inglés. Y como resultado de esa guerra, nos encontramos ante una exacerbación incomparablemente mayor de todas las contradicciones capitalistas. La guerra lanzó de golpe a unos 250 millones de habitantes de la Tierra a una situación equivalente a la de las colonias. Lanzó a esa situación a Rusia, en la que deben contarse cerca de 130 millones, a Austria-Hungría, Alemania y Bulgaria, que suman en total no menos de 120 millones. Doscientos cincuenta millones de habitantes de países que, en parte, figuran entre los más avanzados, entre los más cultos e instruidos, como Alemania, y que en aspecto técnico se encuentran al nivel del progreso contemporáneo. Por medio del Tratado de Versalles, la guerra impuso a esos países condiciones tales, que pueblos avanzados se vieron reducidos a la dependencia colonial, a la miseria, el hambre, la ruina y la falta de derechos, pues en virtud del tratado están maniatados y, para muchas generaciones, puestos en condiciones que no ha conocido ningún pueblo civilizado. He aquí el cuadro que ofrece el mundo: nada más acabada la guerra, no menos de 1.250 millones de seres son víctimas de la opresión colonial, víctimas de la explotación del capitalismo feroz, que se jactaba de su amor a la paz y que tenía cierto derecho a jactarse de ello hace cincuenta años, cuando la Tierra no estaba repartida todavía, cuando el monopolio no dominaba aún, cuando el capitalismo podía desarrollarse de modo relativamente pacífico, sin conflictos bélicos colosales.
En la actualidad, después de esa época "pacífica", asistimos a una monstruosa exacerbación de la opresión, vemos el retorno a una opresión colonial y militar mucho peor que la anterior. El Tratado de Versalles ha colocado a Alemania, y a toda una serie de Estados vencidos, en una situación que hace materialmente imposible su existencia a económica, en una situación de plena carencia de derechos y de humillación.
¿Qué número de naciones se ha aprovechado de ello? Para poder responder a esta pregunta debemos recordar que la población de los Estados Unidos de América -los cuales son los únicos que han ganado en la guerra de modo pleno y se han transformado por completo de un país con gran cantidad de deudas en un país al que todos le deben- no pasa de 100 millones de almas. El Japón, que ha ganado muchísimo al permanecer al margen del conflicto europeo-norteamericano y apoderarse del inmenso continente asiático, tiene 50 millones de habitantes, Inglaterra, que después de esos países ha ganado más que nadie, cuenta con una población de 50 millones. Y si agregamos los Estados neutrales, cuya población es muy pequeña y que se han enriquecido durante la conflagración, obtendremos, en cifras redondas, 250 millones.
Ahí tenéis, pues, trazado en líneas generales, el cuadro del mundo después de la guerra imperialista. Colonias oprimidas con una población de 1.250 millones de seres: paises que son despedazados vivos, como Persia, Turquía y China; países que, derrotados, han sido reducidos a la situación de colonias. No más de 250 millones en países que han mantenido su vieja situación, pero que han caído, todos ellos, bajo la dependencia económica de Norteamérica y que durante toda la guerra dependieron en el aspecto militar, pues la contienda abarcó al mundo entero y no permitió ni a un solo Estado permanecer neutral de verdad. Y, por último, no más de 250 millones de habitantes en países en los que, por supuesto, se han aprovechado del reparto de la Tierra únicamente las altas esferas, únicamente los capitalistas. En total, cerca de 1.750 millones de personas -que forman toda la población del globo. Quisiera recordaros este cuadro del mundo porque todas las contradicciones fundamentales del capitalismo, del imperialismo, que conducen a la revolución, todas las contradicciones fundamentales en el movimiento obrero, que condujeron a la lucha más encarnizada con la II Internacional, y de lo cual ha hablado el camarada presidente, todo eso está vinculado al reparto de la población de la Tierra.
Es claro que las cifras citadas ilustran en rasgos generales, fundamentales, el cuadro económico del mundo. Y es natural, camaradas, que sobre la base de ese reparto de la población de toda la Tierra haya aumentado en muchas veces la explotación del capital financiero, de los monopolios capitalistas.
No sólo las colonias y los países vencidos se ven reducidos a un estado de dependencia; en el interior mismo de cada país victorioso se han desarrollado las contradicciones más agudas, se han agravado todas las contradicciones capitalistas. Lo mostraré en rasgos concisos con algunos ejemplos.
Tomad las deudas de Estado. Sabemos que las deudas de los principales Estados europeos han aumentado, de 1914 a 1920, no menos de siete veces. Citaré una fuente económica más, que adquiere una importancia muy grande: es Keynes, diplomático inglés y autor del libro Las consecuencias económicas de la paz, quien, por encargo de su gobierno, participó en las negociaciones de paz de Versalles, las siguió sobre el lugar desde un punto de vista puramente burgués, estudió el asunto paso a paso, en detalle, y, como economista, tomó parte en las conferencias. Ha llegado a conclusiones que son más tajantes, más evidentes y más edificantes que cualquiera otra de un revolucionarío comunista, porque estas conclusiones las hace un burgués auténtico, un enemigo implacable del bolchevismo, del cual él, como filisteo inglés, se hace un cuadro monstruoso, bestial y feroz. Keynes ha llegado a la conclusión de que con el Tratado de Versalles, Europa y el mundo entero van a la bancarrota. Keynes ha dimitido; ha arrojado su libro a la cara del gobierno y ha dicho: Hacéis una locura. Os citaré sus cifras que, en conjunto, se reducen a lo siguiente:
¿Cuáles son las relaciones de deudores y acreedores que o establecido entre las principales potencias? Convierto las libras esterlinas en rublos oro, al cambio de 10 rublos oro por libra esterlina. He aquí lo que resulta: los Estados Unidos tienen un activo de 19.000 millones; su es nulo. Hasta la guerra eran deudores de Inglaterra. En el último Congreso del Partido Comunista de Alemania, el 14 de abril de 1920, el camarada Levi señalaba con razón en su informe que no quedaban más que dos potencias que actúan hoy independientes en el mundo: Inglaterra y Norteamérica. Pero sólo Norteamérica ha quedado absolutamente independiente desde el punto de vista financiero. Antes de la guerra era deudora; hoy es sólo acreedora. Todas las demás potencias del mundo han contraído deudas. Inglaterra se ve reducida a la siguiente situación: activo 17.000 millones, pasivo 8.000 millones, es ya mitad deudora. Además, en su activo figuran cerca de 6.000 millones que le debe Rusia. Los stocks militares que Rusia compró durante la guerra forman parte de los créditos ingleses. No hace mucho, cuando, en su calidad resentante del Gobierno soviético de Rusia, Krasin tuvo la oportunidad de conversar con Lloyd George sobre los convenios relativos a las deudas, explicó claramente a los científicos y políticos, dirigentes del Gobierno inglés, que si pensaban cobrar estas deudas, se equivocaban de manera inexplicable. Y el diplomático inglés Keynes les había ya revelado este error.
Por supuesto, la cuestión no depende sólo del hecho, y ni siquiera la cosa es ésa, de que el Gobierno revolucionario ruso no quiere pagar sus deudas. Ningún gobierno se avendría a liquidarlas, por la sencilla razón de que estas deudas no representan más que los intereses usurarios de lo que ha sido ya pagado una veintena de veces, y este mismo burgués Keynes, que no siente ninguna simpatía por el movimiento revolucionario ruso dice: "Está claro que no se pueden tener en cuenta estas deudas".
Por lo que se refiere a Francia, Keynes aduce cifras como éstas: su activo es de tres mil millones y medio, su pasivo, ¡de 10.000 millones y medio! Y éste es el país del cual los franceses mismos decían que era el usurero de todo el mundo, porque sus "ahorros" eran colosales y el saqueo colonial y financiero, que le había proporcionado un capital gigantesco, le permitía otorgar préstamos de miles y miles de millones, en particular a Rusia. De estos préstamos Francia obtenía enormes beneficios. Y a pesar de ello, a pesar de la victoria, Francia ha ido a parar a la situación de deudora.
Una fuente burguesa norteamericana, citada por el camarada Braun, comunista, en su libro ¿Quién debe pagar las deudas de guerra? (Leipzig, 1920), define de la manera siguiente la relación que existe entre las deudas y el patrimonio nacional: en los países victoriosos, en Inglaterra y Francia, las deudas representan más del 50% del patrimonio nacional. En lo que atañe a Italia, este porcentaje es de 60 a 70, en cuanto a Rusia, de 90, pero, como sabéis, estas deudas no nos inquietan, ya que poco antes de que apareciese el libro de Keynes, habíamos seguido su excelente consejo: habíamos anulado todas nuestras deudas.(Clamorosos aplausos.)
Keynes no hace más que revelar en este caso su habitual rareza de filisteo: al aconsejar anular todas las deudas, declara que, por supuesto, Francia no hará más que ganár, que, desde luego, Inglaterra no perderá gran cosa, porque, de todos modos, no se podría sacar nada de Rusia; Norteamérica perderá mucho, pero Keynes cuenta con ¡la "generosidad" norteamericana! A este respecto, no compartimos las concepciones de Keynes ni de los demás pacifistas pequeñoburgueses. Creemos que para conseguir la anulación de las deudas tendrán que esperar otra cosa y trabajar en una dirección un tanto diferente, y no en la de contar con la "generosidad" de los señores capitalistas.
De estas cifras muy concisas se infiere que la guerra imperialista ha creado también para los páises victoriosos una situación imposible. La enorme desproporción entre los salarios y la subida de precios lo indica igualmente. El 8 de marzo de este año, el Consejo Superior Económico, institución encargada de defender el orden burgués del mundo entero contra la revolución creciente, adoptó una resolución que termina con un llamamiento al orden, a la Laboriosidad y al ahorro, con la condición, claro está, de que los obreros sigan siendo esclavos del capital. Este Consejo Superior Económico, órgano de la Entente, órgano de los capitalistas de todo el mundo, hizo el siguiente balance.
En los Estados Unidos, los precios de los productos alimenticios han subido en un promedio de 120%, mientras que los salarios han aumentado sólo en un 100%. En Inglaterra, los productos alimenticios han subido en 170%, los salarios, en 130%. En Francia, los precios de los víveres han aumentado en 300%, los salarios, en 200. En el Japón, los precios han subido en 130%, los salarios, en 60% (confronto las cifras indicadas por el camarada Braun en su folleto precitado y las del Consejo Superior Económico dadas por el Times del 10 de marzo de 1920).
Está claro que en semejante situación el crecimiento ¡ a indignación de los obreros, el desarrollo de las ideas y del estado de ánimo revolucionarios y el aumento de las huelgas espontáneas de masas son inevitables. Porque la situación de los obreros se hace insoportable. Estos se convencen por su propia experiencia de que los capitalistas se han enriquecido inmensamente con la guerra, cuyos gastos y deudas cargan sobre las espaldas de los obreros. Recientemente, un telegrama nos comunicaba que Norteámerica quiere repatriar a Rusia a 500 comunistas más, para desembarazarse de estos "peligrosos agitadores".
Pero aunque Norteamérica nos enviase no 500, sino 500.000 "agitadores" rusos, norteamericanos, japoneses, franceses, la cosa no cambiaría, puesto que subsistiría la desproporción de los precios, contra la cual no pueden hacer nada Y no pueden hacer nada porque la propiedad privada se protege allí rigurosamente, porque para ellos es "sagrada". No hay que olvidar que la propiedad privada de los explotadores ha sido abolida sólo en Rusia. Los capitalistas no pueden hacer nada contra esa desproporción de los precios, y los obreros no pueden vivir con los antiguos salarios. Contra esta calamidad, ningún viejo método sirve, ninguna huelga aislada, ni la lucha parlamentaria ni la votación pueden hacer nada, porque la "propiedad privada es sagrada", y los capitalistas han acumulado ales deudas que el mundo entero está avasallado por un puñado de personas; por otra parte, las condiciones de existencia de los obreros se hacen más y más insoportables. No hay más salida que la abolición de la "propiedad privada" de los explotadores.
En su folleto Inglaterra y la revolución mundial, del cual nuestro Noticiero del Comisariado del Puebló de Negocios Extranjeros de febrero de 1920 ha publicado valiosos extractos, el camarada Lapinski indica que en Inglaterra los precios del carbón de exportación han sido dos veces más elevados que los previstos por los medios industriales oficiales.
En Lancashire se ha llegado a una alza del valor de las acciones de un 40%. Los beneficios de los bancos constituyen del 40 al 50% como mínimo, además se debe señalar que, cuando se trata de determinar sus beneficios, todos los banqueros saben encubrir la parte leonina no llamándola beneficios, sino disimulándola bajo la forma de primas, bonificaciones, etc. Así es que también en este caso, los hechos económicos indiscutibles muestran que la riqueza de un puñado ínfimo de personas ha crecido de manera increíble, que un lujo inaudito rebasa todos los límites, mientras que la miseria de la clase obrera no cesa de agravarse. En particular, hay que señalar, además, una circunstancia que el camarada Levi ha subrayado con extraordinaria claridad en su informe precitado: la modificación del valor del dinero. Como consecuencia de las deudas, de la emisión de papel moneda, etc., el dinero se ha desvalorizado en todas partes. La misma fuente burguesa, que ya he citado, es decir, la declaración del Consejo Superior Económico del 8 de marzo de 1920, estima que en Inglaterra la depreciación de la moneda en relaci6n al dólar es aproximadamente de un tercio; en Francia, de dos tercios, en cuanto a Alemania, llega hasta el 96%.
Este hecho muestra que el "mecanismo" de la economía mundial se está descomponiendo por entero. No es posible continuar las relaciones comerciales de la scuales dependen, bajo el régimen capitalista, la mobtemción de materias primas y la venta de los productos manufacturados; no pueden continuar precisamente por el hecho de que toda una serie de países se hallan sometidos a uno solo, debido a la depreciación monetaria. Ninguno de los países ricos puede vivir ni comerciar, porque no puede vender sus productos ni recibir materias primas.
Así, pues, resulta que Norteamérica misma, el país más rico, al que están sometidos todos los demás países, no puede comprar ni vender. Y ese mismo Keynes, que ha conocido todos los recovecos y peripecias de las negociaciones de Versalles, está obligado a reconocer esta imposibilidad, pese a su firme decisión de defender el capitalismo y a despecho de todo su odio al bolchevismo. Dicho sea de paso, no creo que ningún manifiesto comunista, o, en general, revolucionario, pueda compararse, en cuanto a su vigor, a las páginas en las que Keynes pinta a Wilson y el "wilsonismo" en acción. Wilson fue el ídolo de los pequeños burgueses y de los pacifistas tipo Keynes y de ciertos héroes de la II Internacional (e incluso de la Internacional "II y media") que han exaltado sus "14 puntos" y escrito hasta libros "sabios" sobre las "raíces" de la política wilsoniana, esperando que Wilson salvaría la "paz social", reconciliaría a los explotadores con los explotados y realizaría reformas sociales. Keynes ha mostrado con toda evidencia que Wilson ha resultado ser un tonto y que todas estas ilusiones se han esfumado al primer contacto con la política práctica, mercantil y traficante del capital, encarnada por los señores Clemenceau y Lloyd George. Las masas obreras ven ahora cada vez más claramente por su experiencia vivida, y los sabios pedantes podrían verlo a la sola lectura del libro de Keynes, que las "raíces" de la política de Wilson estribaban sólo la necedad clerical, la fraseología pequeño-burguesa y la total incomprensión de la lucha de clases.
De todo eso dimanan de modo completamente inevitable y natural dos condiciones, dos situaciones fundamentales. De una parte, la miseria y la ruina de las masas se han acrecentado de manera inaudita, y sobre todo en que concierne a 1.250 millones de seres humanos, o sea, al 70% de la población del globo. Se trata de las colonias y países dependientes, cuya población está privada de todo derecho jurídico de países colocados "bajo el mandato" de los bandidos de las finanzas. Y, aderriás, la esclavitud de los países vencidos ha quedado sancionada por el Tratado de Versalles y los acuerdos secretos relativos a Rusia, que a veces tienen -es verdad- tanto valor como los papeluchos en los que se ha escrito que debemos tantos y cuantos miles de millones. Presenciamos en la historia mundial el primer caso de sanción júrídica de la expoliación, de la esclavitud, de la dependencia, de la miseria y del hambre de 1.250 millones de seres humanos.
De otra parte, en cada país que se ha vuelto acreedor, la situación de los obreros se ha hecho insoportable. La guerra ha agravado al máximo todas las contradicciones capitalistas, y en ello está el origen de esa profunda efervescencia revolucionaria que no hace más que crecer, porque durante la guerra los hombres se hallaban bajo el régimen de la disciplina militar, eran lanzados a la muerte o amenazados de una represión militar inmediata. Las condiciones impuestas por la guerra no dejaban ver la realidad económica. Los escritores, los poetas, los popes y toda la prensa no hacían más que glorificar la guerra. Ahora que la guerra ha terminado, las cosas han comenzado a desenmascararse. Está desenmascarado el imperialismo alemán con su paz de Brest-Litovsk. Está desenmascarada la paz de Versalles que debía ser la victoria del imperialismo y ha resultado ser su derrota. El ejemplo de Keynes muestra, entre otras cosas, cómo decenas y centenares de miles de pequeños burgueses, de intelectuales o simplemente de personas un tanto desarrolladas y cultas de Europa y América han tenido que emprender la misma senda que él, que ha presentado su dimisión y arrojado a la cara de su gobierno el libro que desenmascaraba a éste. Keynes ha mostrado lo que pasa y pasara en la conciencia de millares y centenares de miles de personas cuando comprendan que todos los discursos sobre la "guerra por la libertad", etc. no han sido más que puro engaño y que como consecuencia de la guerra se ha enriquecido sólo una ínfima minoría, mientras que los demás se han arruinado y han quedado reducidos a la esclavitud. En efecto, el burgués Keynes declara que los ingleses, para proteger su vida, para salvar la economía inglesa, deben conseguir ¡que entre Alemania y Rusia se reanuden las relaciones comerciales libres! Pero ¿cómo conseguirlo? ¡Anulando todas las deudas, como lo propone él! Esta es una idea que no pertenece sólo al científico economista Keynes. Millones de personas llegan y llegarán a esta idea. Y millones de personas oyen declarar a los economistas burgueses que no hay más salida que la anulación de las deudas, que por consiguiente "¡malditos sean los bolcheviques!" (que las han anulado>, y ¡¡hagamos un llamamiento a la "generosidad" de Norteamérica!! Pienso que se debería enviar enviar en nombre del Congreso de la Internacional Comunista un mensaje de agradecimiento a estos economistas que hacen agitación en favor del bolchevismo.
Si, de una parte, la situación económica de las masas se ha hecho insoportable; si, de otra parte, en el seno de la ínfima minoría de los países vencedores omnipotentes se ha iniciado y se acelera la descomposición ilustrada por Keynes. realmente presenciamos la maduración de las dos condiciones de la revolución mundial.
Tenemos ahora ante los ojos un cuadro algo más completo del mundo. Sabemos lo que significa esta dependencia de un puñado de ricachones a la que están sujetos los 1.250 millones de seres colocados en condiciones de existencia inaguantables. De otro lado, cuando se ofreció a los pueblos el Pacto de la Sociedad de Naciones, en virtud del cual ésta declara que ha puesto fin a las guerras y que en adelante no permitirá a nadie quebrantar la paz, cuando este pacto -última esperanza de las masas trabajadoras del mundo entero- entró en vigor, eso fue para nosotros la victoria más grande. Cuando aún no estaba en vigor, decían: es imposible no imponer a un país como Alemania condiciones especiales; cuando haya un tratado, ya verán cómo todo marchará bien. Pero cuando este pacto se publicó ¡los enemigos furibundos del bolchevismo han tenido que renegar de él! Tan pronto como el pacto empezó a entrar en vigor resulto que el grupito de países más ricos, ¡este "cuarteto de gente gorda"! --Clemenceau, Lloyd George, Orlando y Wilson-- quedó encargado de arreglar las nuevas relaciones. !Y cuando pusieron en marcha la maquina del pacto, ésta llevó a la ruina total!
Lo hemos visto en las guerras contra Rusia. Débil, arruinada, abatida, Rusia, el país más atrasado, lucha contra todas las naciones, contra la alianza de Estados ricos y poderosos que dominan al mundo, y sale vencedora de esta lucha. No podíamos oponer fuerzas un tanto equivalentes y, sin embargo, fuimos los vencedores. ¿Por qué? Porque no había ni sombra de unidad entre ellos, porque cada potencia actuaba contra otra. Francia quería que Rusia le ~agase las deudas y se convirtiese en una fuerza temible contra Alemania; Inglaterra deseaba el reparto de Rusia, intentaba apoderarse del petróleo de Bakú y firmar un tratado con los países limítrofes de Rusia. Entre los documentos oficiales ingleses figura un libro que enumera con extraordinaria escrupulosidad todos los Estados (se cuentan 14) que, hace medio año, en diciembre de 1919, prometían tomar Moscú y petrogrado. Inglaterra fundaba en estos Estados su política y les daba a préstamo millones y millones. Pero hoy todos estos cálculos han fracasado y todos los empréstitos se han perdido.
Esta es la situación que ha creado la Sociedad de Naciones. Cada día de existencia de este pacto constituye la mejor agitación en favor del bolchevismo. Porque los partidarios más poderosos del "orden" capitalista nos muestran que, en cada cuestión, se echan la zancadilla unos a otros. Por el reparto de Turquía, Persia, Mesopotamia, China se arman querellas feroces entre el Japón, la Gran Bretaña, Norteamérica y Francia. La prensa burguesa de estos países está llena de los más violentos ataques y de las invectivas más acerbas contra sus "colegas" porque les quitan ante sus propias narices el botín. Somos testigos del total desacuerdo que reina en las alturas, entre este puñado ínfimo de países más ricos. Es imposible que 1.250 millones de seres, que representan el 70% de la población de la Tierra, vivan en las condiciones de avasallamiento que quiere imponerles el capitalismo "avanzado" y civilizado. En cuanto al puñado ínfimo de potencias riquísimas, Inglaterra, Norteamérica, el Japón (que tuvo la posibilidad de saquear a los países de Oriente, los países de Asia, pero no puede poseer ninguna fuerza independiente, ni financiera ni militar, sin la ayuda de otro país), estos dos o tres países no están en condiciones de organizar las relaciones económicas y orientan su política a hacer fracasar la de sus asociados y "partenaires" de la Sociedad de Naciones. De aquí se deriva la crisis mundial. Y estas raíces económicas de la crisis constituyen la razón esencial del hecho de que la Internacional Comunista consiga brillantes éxitos.
Camaradas: Ahora vamos a abordar la cuestión de la Crisis revolucionaria como base de nuestra acción revolucionaria. Y en ello necesitamos, ante todo, señalar dos errores extendidos. De un lado, los economistas burgueses presentan esta crisis como una simple "molestia", según la elegante expresión de los ingleses. De otro lado, los revolucionarios procuran demostrar a veces que la crisis no tiene absolutamente salida.
Esto es un error. Situaciones absolutamente sin salida no existen. La burguesía se comporta como una fiera insolentada que ha perdido la cabeza, hace una tontería tras otra, empeorando la situación y acelerando su muerte. Todo eso es así. Pero no se puede "demostrar" que no hay absolutamente posibilidad alguna de que adormezca a cierta minoría de explotados con determinadas concesiones, de que aplaste cierto movimiento o sublevación de Una parte determinada de oprimidos y explotados. Intentar "demostrar" con antelación la falta "absoluta" de salida sería vana pedantería o juego de conceptos y palabras. En esta cuestión y otras parecidas, la verdadera "demostracion" puede ser únicamente la práctica. El régimen burgués atraviesa en todo el mundo una grandísima crisis revolucionaria. Ahora hay que "demostrar" con la práctica que los partidos revolucionarios que tienen suficiente grado de conciencia, organización, ligazón con las masas explotadas, decisión y habilidad a fin de aprovechar esta crisis para llevar a cabo con éxito la revolución victoriosa.
Para preparar esa "demostración" nos hemos reunido precisa y principalmente en el presente Congreso de la Internacional Comunista.
Citaré como ejemplo del grado en que aún domina el oportunismo entre los partidos que desean adherirse a la III Internacional, del grado en que la labor de ciertos partidos aún está lejos de la preparación de la clase revolucionaria para aprovechar la crisis revolucionaria, a Ramsay MacDonald, jefe del "Partido Laborista Indepehdiente" inglés. En su libro El Parlamento y la la Revolución, dedicado precisamente a las cuestiones cardinales que ahora nos tienen ocupados también a nosotros, MacDonald describe el estado de las cosas, poco más o menos en el espiritú de los pacifistas burgueses. Reconoce que hay crisis revolucionaria, que aumentan los sentimientos revoucionarios, que las masas obreras simpatizan con el Poder soviético y la dictadura del proletariado (adviertan que se trata de Inglaterra) que la dictadura del proletariado es mejor que la actual dictadura de la burguesía inglesa.
Pero MacDonald no deja de ser un pacifista y conciliador burgués hasta la médula, un pequeño burgués que sueña con un gobierno que esté por encima de las clases. Reconoce la lucha de clases sólo como "hecho descriptivo", como todos los embusteros, sofistas y pedantes de la burguesía. Silencia la experiencia de Kerenski, los mencheviques y los eseristas en Rusia, la experiencia homóloga de Hungría, Alemansia, etc., sobre la formación de un gobierno "democrático", y, aparentemente, fuera de las clases. Adormece a su partido y a los obreros que tienen la desgracia de tomar a este burgués por un socialista, de tomar a este filisteo por un líder con las palabras: "Sabemos que esto (o sea, la crisis revolucionaria, la efervescencia revolucionaria) pasará, se calmará". La guerra originó inevitablemente la crisis, pero después de la guerra, aunque no sea de golpe, "todo se calmará".
Así escribe una persona que es el jefe de un partido que desea adherirse a la III Internacional. En ello vemos una denuncia de excepcional franqueza y tanto más valiosa de lo que se observa con no menos frecuencia en las capas superioreS del Partido Socialista Francés y del Partido Socialdemócrata Independiente Alemán: no sólo el no saber, sino también el no querer aprovechar la crisis revolucionaria en sentido revolucionario, o, dicho de otro modo, el no saber y el no querer llevar a cabo una verdadera preparación revolucionaria del partido y de la clase para la dictadura del proletariado.
Ese es el mal fundamental de numerosísimos partidos que hoy se apartan de la II Internacional. Y precisamente por eso me detengo más en las tesis que propuse al presente Congreso, en la determinación, de la manera más concreta y exacta posible, de las tareas de preparación para la dictadura del proletariado.
Aduciré un ejemplo más. Recientemente se ha publicado un nuevo libro contra el bolchevismo. Ahora se publican en Europa y América muchísimos libros de ese género, y cuantos más libros se publican contra el bolchevismo, tanto mayores son la fuerza y rapidez con que crecen en las masas las simpatías por él. Me refiero al libro de Otto Bauer ¿Bolchevismo o socialdemocracia? En él se muestra de modo evidente a los alemanes qué es el mechenchevismo, cuyo ignominioso papel en la revoción rusa ha sido suficientemente comprendido por obreros de todos los países. Otto Bauer ha dado un panfleto menchevique de cabo a cabo, pese a haber ocultado su simpatía por el menchevismo. Mas en Europa y América hace falta difundir ahora nociones más exactas de lo que es el menchevismo pues éste es un concepto genérico para todas las tendencias pretendidamente socialistas, socialdemocrátas, etc., hostiles al bolchevismo. A nosotros, los rusos, nos aburriría escribir para Europa qué es el menchevismo. Otto Bauer lo ha demostrado de hecho en su libro, y agradecemos por anticipado a los editores burgueses y oportunistas que lo publiquen y traduzcan a diferentes idiomas. El libro de Bauer será un complemento útil, aunque original, para los manuales de comunismo. Tomad cualquier párrafo, cualquier razonamiento de Otto Bauer y demostrad dónde está ahí el menchevismo, donde las raíces de las concepciones que llevan al proceder de los traidores al socialismo, de los amigos de Kerenski, Scheidemann, etc.: tal será el problema que se podrá proponer con provecho y éxito en los "exámenes" para comprobar si el comunismo ha sido asimilado. Si uno no puede resolver este problema, no será aún comunista y valdrá más que no ingrese en el Partido Comunista. (Aplausos.)
Otto Bauer ha expresado magníficamente la esencia de las opiniones del oportunismo internacional en una frase, por la que -si pudiéramos mandar libremente en Viena- deberíarnos erigirle un monumerto en vida. El empleo de la violencia en la lucha de clases de las democracias contemporáneas -ha dicho O. Bauer- sería una "violencia sobre los factores sociales de la fuerza".
Probablemente os parezca esto extraño e incomprensible. Es un modelo del grado a que han llevado el marxismo, del grado de banalidad y defensa de los explotadores a que se puede llevar la teoría más revolucionaria. Hace falta la variante alemana de espíritu pequeñoburgués para obtener la "teoría" de que los "factores sociales fuerza" son el número, la organización, el lugar en proceso de producción y distribución, la actividad y la instrucción. Si un obrero agrícola en el campo y un obrero industrial en la ciudad ejercen violencia revolucionaria sobre el terrateniente y el capitalista, eso no es, ni mucho menos, dictadura del proletariado, no es, ni mucho menos, violencia sobre los explotadores y opresores del pueblo. Nada de eso. Es "violencia sobre los factores sociales de la fuerza".
Quizás el ejemplo que he puesto haya salido algo humorístico. Pero es tal la naturaleza del oportunismo contemporáneo que su lucha contra el bolchevismo se convierte en un chiste. Para Europa y América es de lo más útil y apremiante incorporar a la clase obrera, a cuanto hay de pensante en ella, a la lucha del menchevismo internacional (de los MacDonald, O. Bauer y Cía.) contra el bolchevismo. Aquí debemos plantear la cuestión de cómo se explica la solidez de semejantes tendencias en Europa y por qué ese oportunismo es más vigorosO en Europa Occidental que en nuestro país. Pues porque los países adelantados han creado y siguen creando su cultura con la posibilidad de vivir a expensas de mil millones de habitantes oprimidos. Porque los capitalistas de estos paises reciben mucho por encima de lo que podrían recibir como ganancia por el expolio de los obreros de su país.
Antes de la guerra se consideraba que tres paises riquísimos: Inglaterra, Francia y Alemania tenían unos ingresos de ocho mil millones a diez mil millones de francos anuales, sin contar otros ingresos, sólo debido a la exportación de capital al extranjero.
Es claro que de esta respetable suma se pueden tirar quinientos millones, al menos, como migajas a los dirigentes obreros, a la aristocracia obrera, como sobornos de todo género. Y todo se reduce precisamente al soborno. Eso se hace por mil vías distintas: elevando la cultura en los mayores centros, creando establecimientos de enseñanza, fundando miles de cargos para dirigentes de cooperativas, para líderes tradeunionistas y parlamentarios. Pero eso se hace por dondequiera que existen relaciones capitalistas civilizadas contemporáneas. Y esos miles de millones de 5uperganancias son la base económica en que se apoya el oportunismo en el movimiento obrero. En América, Inglaterra y Francia se observa una obstinación mucho más tenaz de los dirigentes oportunistaS, de la capa superior de la clase obrera, de la aristocracia de los obreros; oponen una resistencia mucho mayor al movimiento comunista. Y por eso debemos estar dispuestos a que la curación de esta enfermedad de los partidos obreros europeos y americanos transcurra con más dificultad que en estro país. Sabemos que desde la fundación de la III Internacional se han obtenido enormes éxitos en el tratamiento de esta enfermedad, pero aún no hemos llegado a extirparla definitivamente: la obra de depurar en todo el mundo a los partidos obreros, a los partidos revolucionarios del proletariado, de la influencia burguesa y oportunistas en su propio medio aún está muy lejos de acabarse.
No me detendré en la manera concreta cómo debemos realizar eso. De ello se habla en mis tesis, que están publicadas. Aquí me incumbe señalar las profundas raíces económicas de este fenómeno. Esta enfermedad se ha prolongado y su tratamiento se ha dilafado más de lo que optimistas pudieran esperar. Nuestro enemigo principal es el oportunismo. El oportunismo en la capa superior del movimiento obrero no es socialismo proletario, sino burgués. Se ha demostrado en la práctica que los políticos del movimiento obrero pertenecientes a la tendencia oportunista son mejores defensores de la burguesía que los propios burgueses. La burguesía no podría mantenerse si ellos no dirigieran a los obreros. Eso lo demuestra no sólo la historia del régimen de Kerenski en Rusia, sino la república democrática en Alemania con su gobierno socialdemócrata al frente, lo demuestra la actitud de Albert Thomas ante su gobierno burgués. Lo demuestra la experiencia análoga de Inglaterra y los Estados Unidos. Ahí está nuestro enemigo principal, y debemos vencerlo. Tenemos que salir del Congreso con la firme resolución de llevar hasta el fin esa lucha en todos los partidos. Esa es la tarea principal.
En comparación con esa tarea, la corrección de los de la tendencia "izquierdista" en el comunismo será una tarea fácil. En toda una serie de países se observa el antiparlamentarismo, aportado no tanto por gente de la pequeña burguesía como apoyado por algunos destacamentos avanzados del proletariado debido al odio que tienen al viejo parlamentarismo, odio lógico, justo y necesario a la conducta de los miembros de los parlamentos en Inglaterra, Francia, Italia y en todos los países. Hay que dar indicaciones directrices de la Internacional Comunista, dar a conocer mejor, más a fondo, a los camaradas, la experiencia rusa, el alcance del verdadero partido político proletario. Nuestra labor consistirá en cumplir esta tarea. Y la lucha contra estos errores del movimiento proletario, contra estas faltas, será mil veces más fácil que la lucha contra la burguesía que penetra balo el manto de reformistas en los viejos partidos de la II Internacional y orienta toda su labor no en el espíritu proletario, sino en el espíritu burgués.
Camaradas: Para concluir, me detendré a examinar otro aspecto de la cuestión. El camarada presidente ha dicho aquí que esta asamblea merece el calificativo de Congreso Mundial. Creo que tiene razón, sobre todo porque se encuentran aquí no pocos representantes del movimiento revolucionario de las colonias y de los países atrasados. Esto no es más que un modesto comienzo, pero lo importante es que ya se ha dado el primer paso. La unión de los proletarios revolucionarios de los paises capitalistas, de los países avanzados, con las masas revolucionarias de los países que carecen o casi carecen de proletariado, con las masas oprimidas de las colonias, de los países de Oriente, se está produciendo en este Congreso. La consolidación de esa unión depende de nosotros, yo estoy seguro de que lo conseguiremos. El imperialismo mundial debe cáer cuando el empuje revolucionario de los obreros explotados y oprimidos de cada país, venciendo la resistencia de los elementos pequeñoburgueses y la influencia de la insignificante élite constituida por la aristocracia obrera, se funda con el empuje revolucionario de centenares de millones de seres que hasta ahora habían permanecido al margen de la historia y eran considerados sólo como obleto de ésta.
La guerra imperialista ayudó a la revolución. La burguesía sacó soldados de las colonias, de los países atrasados, para hacerlos participar en esa guerra imperialista, haciéndolos salir del estado de abandono en que se encontraban. La burguesía inglesa inculcaba a los soldados de la India la idea de que los campesinos hindúes debían defender a la Gran Bretaña de Alemania; la burguesía francesa inculcaba a los soldados de las colonias france sas la idea de que los negros debían defender a Francia. Y les enseñaron el manejo de las armas. Este aprendizaje es extraordinariamente útil, y por ello podríamos expresarle a la burguesía nuestro profundo agradecimiento, en nombre de todos los obreros y campesinoS rusos y sobre todo en nombre de todo el Ejército Rojo ruso. La guerra imperialista ha hecho que los pueblos dependientes se incorporaren a la historia universal. Y una de nuestras principales tareas del momento actual es pensar el modo de colocar la primera piedra de la organización del movimiento soviético en los países no capitalistas. Los Soviets son posibles en esos países; no serán Soviets obreros, sino Soviets campesinos o Soviets de los trabajadores.
Habrá que realizar un gran trabajo, los errores serán inevitables y muchos serán los obstáculos con que se tropezará en ese camino. La tarea fundamental del II Congreso consiste en elaborar o trazar los principios de caráctecr práctico, a fin de que el trabajo realizado hasta ahora en forma no organizada entre centenares de millones de hombres, transcurra en forma organizada, cohesionada y sstemática.
Ha pasado poco más de un año desde que se celebró el I Congreso de la Internacional Comunista y ya aparecemos como vencedores de la II Internacional. Las ideas soviéticas no sólo se difunden ahora entre los obreros de los países civilizados y no son sólo ellos los que las conocen y comprenden. Los obreros de todos los paises se ríen de esos sabihondos -muchos de los cuales se llaman socialistas- que con aire doctoral o casi doctoral se lanzan a disquisiciones sobre el "sistema" soviético, como suelen expresarse los sistemáticos alemanes, o sobre la "idea" soviética, término empleado por los socialistas "gremiales" ingleses. Tales disquisiciones sobre el "sistema" soviético o la "idea" soviética suelen enturbiar a menudo los ojos y la conciencia de los obreros. Pero los obreros desechan han esa basura pedantesca y empuñan el arma proporcionada por los Soviets. En los países de Oriente se va comprendiendo también el papel y la importancia de los Soviets.
El movimiento soviético se ha iniciado en todo el Oriente, en toda Asía, en los pueblos de todas las colonias.
La tesis de que los explotados deben rebelarse contra los explotadores y crear sus Soviets no es demasiado complicada. Después de nuestra experiencia, después de dos años y medio de República Soviética en Rusia, después del I Congreso de la III Internacional, la comprensión de esa tesis está al alcance de centenares de millones de seres oprimidos por los explotadores en el mundo entero. Y si ahora, en Rusia, nos vemos obligados con frecuencia a concertar compromisos y a dar tiempo al tiempo, pues somos más débiles que los imperialistas internacionales, sabemos, en cambio, que 1.250 millones de seres de la población del globo constituyen esa masa cuyos intereses defendemos nosotros. Por ahora tropezamos con los obstáculos, los prejuicios y la ignorancia, que con cada hora que pasa van siendo relegados al pasado; pero cuanto más tiempo pasa, más nos vamos convirtieñdo en los representantes y los defensores efectivos de ese 70% de la población del globo, de esa masa de trabajadores y explotados. Podemos decir con orgullo que en el I Congreso éramos, en el fondo, tan sólo unos propagandistas, que nos limitábamos a lanzar al proletariado de todo el mundo unas ideas fundamentales, un llamamiento a la lucha, y preguntábamos: ¿dónde están los hombres capaces de seguir ese camino? Ahora tenemos en todas partes un proletariado de vanguardia. En todas partes hay un ejército proletario, aunque en ocasiones esté mal organizado y exija una reorganización, y si nuestros camaradas internacionales nos ayudan ahora a organizar un ejército único, no habrá fallas que nos impidan realizar nuestra obra. Esa obra es la revolución proletaria mundial, es la creación de la República Soviética universal.
(Prolongados aplausos.)